Ibiza y Formentera están avanzando en su proceso de desescalada. La prueba piloto para reabrir el ocio nocturno que se celebró este pasado viernes en el Hard Rock Hotel Ibiza es una muestra de que se puede disfrutar del ocio y volver a bailar y disfrutar en condiciones de seguridad sanitaria. La patronal Ocio de Ibiza, que organizó esta prueba en colaboración con el Govern, calificó este sábado de «éxito» el evento, al que asistieron 1.500 profesionales esenciales. Tanto la organización como el presidente del Consell d’Eivissa destacaron la importancia de haber realizado este experimento social para demostrar al mundo que Ibiza es un destino seguro y abierto por vacaciones. Tras la prueba, a todos los asistentes se les hará un seguimiento.

Prudencia.
Pese a que poco a poco se están dando pequeños pasos de gigante no hay que olvidar que la pandemia de coronavirus sigue existiendo. Buena prueba de ello es el brote social y laboral que hay abierto en Formentera y que, por el momento, afecta a 12 personas y el megabrote detectado en Mallorca, que ya afecta a más de 700 jóvenes. El efecto que está teniendo este megabrote en Mallorca sobre la imagen de las Baleares justifica el despliegue de efectivos que está haciendo el Govern para determinar cuál fue el origen de los contagios. Y es que es vital evitar que haya transmisión comunitaria en la mayor de las Baleares y que se disparen los contagios entre islas. Las consecuencias de este episodio pueden ser gravísimas, en especial si se tiene en cuenta la coincidencia de la apertura del mercado turístico de Gran Bretaña hacia las Islas.

Temporada en juego.
La prudencia y el sentido común de toda la población en las Pitiusas, ya sean residentes o turistas, deben primar para evitar que haya brotes tan brutales como el que está habiendo en Mallorca. El Govern debe lanzar un mensaje de máxima exigencia y severidad en el cumplimiento de las normas de cara el futuro, más teniendo en cuenta que están en el aire el futuro de muchas empresas y de miles de puestos de trabajo.