Alemania ha incluido a Baleares junto con el resto de España en la declaración como zona de riesgo, consecuencia del elevado repunte de contagios de COVID que se están declarando en las últimas semanas. Esta calificación, que antes tenían unas pocas comunidades autónomas, no varía las condiciones actuales que tienen para viajar los ciudadanos alemanes, pero es la antesala de posibles restricciones más severas en el caso de que no se logra contener la expansión de la pandemia. En este contexto se entiende la inquietud del sector hotelero de las Islas, que percibe ya un descenso en las reservas procedentes de nuestro principal emisor turístico en una temporada que no logra despejar las incertidumbres.

Acelerar la vacunación.
Los hoteleros reclaman al Govern que acelere la vacunación, una exigencia lógica pero que tampoco puede obviar que la responsabilidad del macrobrote que ha disparado la incidencia en España tuvo, en buena medida, su origen en jóvenes alojados en establecimientos de aquí. Estamos, por tanto, ante un problema con responsabilidades compartidas y frente al que buscar una solución rápida y eficaz. Y en este sentido, la ampliación de la vacunación a la población juvenil –el principal vector de contaminación actual– es la vía más adecuada. El dispositivo está preparado, lo importante es garantizar el suministro de las vacunas ante la alteración del calendario previsto.

El mercado británico responde.
Las noticias alentadoras de la demanda del mercado británico hacia Baleares calman, de algún modo, la alarma frente al parón de Alemania. Gran Bretaña levanta la barrera del turismo exterior y de inmediato se han activado las reservas en las Islas, claro síntoma de que no se ha perdido el posicionamiento en uno de los países emisores con más tradición en el Archipiélago.