Estas dos semanas serán cruciales para el devenir turístico no sólo de Baleares sino de Ibiza y Formentera en particular. Y que en las Pitiusas, sobre todo Ibiza, se está acelerando el avance en los contagios de coronavirus, tal y como ya avisó este pasado viernes el doctor Javier Arranz que pasaría. El portavoz del comité de enfermedades infecciosas de Baleares advirtió, además, que aún no se ha llego al pico máximo de contagios en Mallorca e Ibiza y que seguirán creciendo, al menos, dos semanas más. Con la prudencia que le caracteriza, Arranz no se atreve a vislumbrar cuándo se alcanzará el ‘tope’ de contagios.

El análisis de las últimas 24 horas demuestra la aceleración en la expansión de los contagios en las Pitiusas. En este sentido, si bien el viernes se estaba cerca del millar este sábado ya se sobrepasó, alcanzando las 1.077 personas que tienen activa la enfermedad. En este sentido, en la última jornada se detectaron 145 nuevos positivos en Ibiza y otros ocho en Formentera. Este aumento en los contagios va acompañado, cada vez más, de un aumento en la presión hospitalaria ya que hay dos personas más ingresadas en Medicina Interna F de Can Misses que este pasado viernes y un paciente crítico más en UCI, que ya tiene a cinco personas.

Evitar el colapso.

La progresiva aceleración en los contagios puede llevar a recordar a la situación que se vivió tras las Navidades en las Pitiusas. En ese momento, colapsó el único hospital público de la isla y se tuvieron que derivar pacientes críticos a la UCI de Son Espases porque aquí ya no había más capacidad de crecimiento en la unidad de críticos. La diferencia con el pasado invierno es que las vacunas están mitigando la gravedad en las infecciones por coronavirus ya que la mayoría de casos, el 98,1% en concreto, son leves o asintomáticos que están pasando la enfermedad en sus casas seguidos por los equipos de Atención Primaria. También sería preciso que se pudieran distinguir qué cantidad de contagios se están produciendo en turistas y cuántos en residentes y población flotante (trabajadores de temporada), algo imposible ya que los datos que proporciona Salud no diferencia entre estas categorías.

Salud y economía.

La incertidumbre en su vertiente más sombría y oscura se vuelve a cernir sobre las Pitiusas. El sector turístico y empresarial teme una cascada de vetos por parte de los países emisores de turistas por el incremento de contagios, al mismo tiempo que existe el miedo de que el Govern vuelva a cerrar a cal y canto toda la actividad empresarial. Por el momento, el Ejecutivo autonómico no ha querido transmitir cuáles son sus intenciones en cuanto a restricciones, que las anunciará esta semana, pero al parecer pasarán por limitar las reuniones sociales en hostelería y en la calle. En el horizonte, el ocio nocturno aguarda su momento para poder abrir a partir del día 26 de julio mientras las fiestas ilegales en villas y casas de campo continúan haciendo su particular agosto con total impunidad. Es ahí, en las fiestas ilegales y botellones, donde el Govern debe actuar para frenar esta oleada de contagios. Lo que está claro es que Baleares, y especialmente Ibiza y Formentera, no se pueden permitir acabar esta atípica temporada turística de golpe ya que apenas se han trabajado dos meses y el bienestar social y económico de la mayoría de la población depende del turismo. El Ejecutivo autonómico debe encontrar la fórmula para conjugar salud y economía.