El Govern no debería conformarse con ser el rey tuerto en el país de los ciegos. Los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del segundo trimestre del año en Baleares son los mejores en el conjunto del territorio nacional. Pero no por ello intrínsecamente buenos. El conseller de Trabajo dice la verdad cuando afirma que, con un crecimiento del 12 % en comparación al primer trimestre de 2021, la comunidad balear ha sido líder de abril a junio en la creación de ocupación en España. Coyuntura, por otra parte, que históricamente se ha dado durante los segundos trimestres al socaire de la activación turística. Una constante este año amplificada debido a las restricciones y cierres de actividad que durante el primer trimestre que lastraron la ocupación en sectores clave como el de la restauración.

Líderes en creación de empleo.
Con los datos de la EPA en la mano, Iago Negueruela afirma que el Govern actúa en la dirección correcta. La variación intertrimestral de creación de empleo avala su tesis. También la interanual, con un repunte del 9,78 %. Sin embargo, el margen para el triunfalismo es exiguo, pues la misma encuesta avanza que, en términos interanuales, durante el segundo trimestre del 2021 el paro creció en 3,58 % respecto al mismo periodo del año pasado. Con el agravante de que entonces el confinamiento atenazaba más si cabe la actividad económica.

Riesgo de invierno caliente.
LBaleares llegó a junio con una tasa de paro del 15,26 % y 100.600 personas sin trabajo. A las que hay que añadir 25.000 ciudadanos en situación de ERTE parcial o total. Datos todos ellos que, desde luego, no invitan a demasiadas satisfacciones. El Ejecutivo autonómico hace bien en no caer en el agujero del pesimismo. Hace lo correcto. Aunque ello no es óbice para perder de vista el contexto sociolaboral que, en función de cómo concluya esta temporada turística tan sui generis, puede condenar al Govern a un invierno muy ‘caliente’.