Los datos publicados en la edición de Periódico de Ibiza y Formentera de ayer sobre las 25.000 estancias hoteleras que generarán en Mallorca los congresos programados en septiembre y octubre suponen una nueva constatación de la urgencia de acometer el proyecto de ampliación del Ayuntamiento de Santa Eulària. Para ello, urge garantizar la implicación de la Comunidad Autónoma a la ampliación del Palacio de Congresos de Ibiza, una de las múltiples reivindicaciones que forman parte de la deuda histórica del Govern con la isla de Ibiza. El Consell d’Eivissa ya ha manifestado su respaldo al proyecto.

Mismas condiciones que en Palma.
La primera fase del centro contó con la financiación del Plan D puesto en marcha por el último gobierno de Jaume Matas y también del Consell. Como es comprensible, el Govern balear se implicó en la financiación del Palacio de Congresos de Palma y de su hotel anexo, proyecto promovido por el Ayuntamiento de Palma. A través de partidas del departamento de Turismo y de aportaciones derivadas de la Ley de Capitalidad, los fondos de todos los baleares han servido para que la capital mallorquina disponga de una instalación puntera y, por lo tanto, de ventaja competitiva para atraer turismo de congresos, un tipo de visitante muy apreciado por su alto poder adquisitivo y por su capacidad de viajar fuera de temporada. El Palacio de Congresos de Ibiza debe recibir al menos la misma proporción de fondos autonómicos que la recibida por la infraestructura palmesana. El proyecto inicial contó con un 30% de aportación autonómica, algo más de 30 millones, aunque la factura final es un misterio después de los avatares que se fueron sucediendo en la construcción y las posteriores adjudicaciones.

Colaboración público privada.
Son numerosos los establecimientos hoteleros de Ibiza que han incorporado espacios para adaptarse al segmento MICE. Ibiza carece, no obstante, de un centro apropiado para acoger grandes congresos. Los expertos aseguran que Ibiza está muy bien posicionada para competir con otros destinos, gracias a sus múltiples fortalezas. No hay, pues, tiempo que perder.