El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, sostuvo el 16 de agosto que Baleares cuenta con las «infraestructuras precisas y necesarias» para dar respuesta a la llegada de pateras con inmigrantes irregulares. En declaraciones realizadas en Mallorca, tras un fin de semana en el que se contabilizó el desembarco de 12 embarcaciones en Mallorca y las Pitiusas con 196 inmigrantes a bordo, el titular de Interior afirmó que «no ha habido ningún problema en ese sentido que podamos resaltar», al ser cuestionado por el colapso de los servicios de emergencias. Estas declaraciones de Grande-Marlaska motivaron la crítica y el rechazo de los sindicatos policiales. SUP, UFP, CEP y SPP desmintieron al ministro: «Queremos mostrar nuestra indignación, porque hasta la fecha todo han sido promesas, es nuestro deber defender sus derechos [de los inmigrantes] y desmentir las declaraciones que las autoridades competentes han realizado».

Oleadas masivas de inmigrantes.
La denuncia de estas organizaciones sindicales por la falta de «medios personales y las instalaciones que se precisan para hacer frente a las oleadas masivas de inmigrantes que llegan a nuestras costas» recobra hoy vigencia tras recibir Baleares el fin de semana 21 pateras con 322 personas, lo que confirma la utilización de las Islas como lanzadera hacia otros países y que, al contrario de lo que defiende el Gobierno, es una ruta de las mafias que trafican con seres humanos. La delegada del Gobierno, Aina Calvo, defiende que la situación «está controlada porque tenemos una muy buena coordinación institucional».

Recurso de emergencia.
Este fin de semana, la alabada coordinación institucional ha servido para que decenas de inmigrantes fueran trasladados a la infrautilizada estación marítima que tiene Ports IBen el puerto de Sant Antoni, donde Cruz Roja montó un dispositivo provisional. Pocos días antes, el sindicato mayoritario Jupol había denunciado la desidia del Govern balear a la hora de afrontar esta realidad. El Consell d’Eivissa, por su parte, ha ofrecido el campamento de cala Jondal. La situación de Ibiza dista, pues, de la de Mallorca, con los inmigrantes durmiendo en las cocheras de la comisaría. Ello si no se produce oleadas mayores de las que se han venido registrado en las últimas semanas.