Las Pitiusas siguen viviendo un goteo incesante de profesionales sanitarios y docentes que deciden dejar sus puestos de trabajo en las Islas para marcharse a lugares de la Península en los que les ofrecen mejores contratos, encuentran vivienda en alquiler a precios asequibles (incluso, pueden plantearse adquirir una en propiedad con su sueldo) y tienen mejores contratos, es decir, una estabilidad laboral.

La realidad.
Sindicatos de docentes y de profesionales sanitarios llevan meses alertando de esta fuga incesante de profesores, maestros, enfermeras y médicos. Al mismo tiempo, llevan meses, e incluso años, exigiendo que se equipare el plus de residencia con Canarias, algo que sin duda podría aliviar la falta de personal en educación y sanidad. En el ámbito educativo, los complementos de residencia de Canarias son hasta un 340% superior que los de Baleares. En el ámbito sanitario, el sindicato médico SIMEBAL y el sindicato de Enfermería SATSE ya han expresado a este rotativo que la carencia de personal es ahora más grave que en los peores meses de pandemia. En el caso específico de enfermería, la situación es especialmente grave pues sólo este mes SATSE ha contabilizado la marcha de entre 50 y 55 profesionales y desde el sindicato reconocen que esto se podría paliar si, al menos, se ofrecieran contratos de seis meses y no de tres como está pasando desde hace tiempo. La gerencia de Can Misses les pidió, incluso, que únicamente hubiera una enfermera por quirófano durante las intervenciones, algo a lo que las enfermeras se negaron en rotundo.

El alcance del problema.
El Govern no puede vivir de espaldas a esta fuga incesante de profesionales sanitarios y docentes Médicos, enfermeros y docentes no se quieren quedar a vivir en las Pitiusas porque es caro, no encuentran alquileres de pisos asequibles, tienen que cumplir requisitos como el catalán (en el caso de los sanitarios) y tienen contratos precarios en comparación con otros puntos de la Península. Verónica León, representante del SATSE en las Pitiusas, fue ayer muy clara: el Govern no llega a entender la gravedad de la situación y, por tanto, no está abierto a negociar y poner remedio a este problema. Tienen que poner remedio cuanto antes para evitar que, una vez más, el que pague las consecuencias de esta nefasta gestión pública sea el ciudadano con más listas de espera, por ejemplo.