La decisión de Unidas Podemos de excluir las inversiones que necesita Ibiza de la enmienda a los Presupuestos Generales del Estado en la que, desmarcándose del PSOE, pide al Gobierno que abone ocho millones de euros pendientes de pago y 37 millones de euros de la primera anualidad de un convenio no firmado todavía para la isla de Mallorca y 23 millones de euros de obras no ejecutadas para la isla de Menorca es inexplicable. Para los comunistas de Podemos, el Estado ha de invertir en la isla de Menorca, donde el gobierno insular en el que participa la formación tiene paralizadas obras en la carretera general por una decisión política y ha anunciado que demolerá una estructura ya construida, y en la de Mallorca, donde también participa en el gobierno insular, pero no en Ibiza, donde está en la oposición.

Criterio político.
El hecho de participar en los gobiernos insulares es la única diferencia entre una isla y las otras, ya que todas ellas carecen de convenio en vigor y todas ellas necesitan que el Estado transfiera fondos para invertir en la red viaria. Se trata, pues, de una discriminación reprobable de un partido que en lugar de defender los intereses de Ibiza, actúa en contra de ellos, por mero interés partidista.

Escondidos y avergonzados.
Los principales dirigentes políticos de la formación en la isla guardan desde el viernes, día en el que se dio a conocer la enmienda, un sospechoso y sepulcral silencio sobre los motivos de tamaña deslealtad con los ibicencos a los que, en teoría se deben, por lo que queda la duda de que se trate de un error fruto del escaso peso de los ibicencos en las decisiones autonómicas que será corregido durante la tramitación o bien es un ridículo político del que se avergüenzan. Mientras tanto, el Estado debe al Consell d’Eivissa más de 15 millones de euros por obras ejecutadas y el Consell d’Eivissa ha hecho los deberes y ha presentado inversiones por valor de más de 100 millones de euros que a día de hoy no cuentan con financiación.