El congreso regional del PSIB ha confirmado el control de Francina Armengol sobre toda la estructura del partido en una convención que no sólo confirma su liderazgo indiscutible si no que, además, trata de reorientar su estrategia de cara a los próximos comicios de 2023. El PSIB considera que está en condiciones de mantener el poder autonómico con un tercer mandato; un hito sin precedentes en las Islas. El organigrama refuerza el papel de Iago Negueruela –al frente del departamento de Ideas– y Alfonso Rodríguez, alcalde de Calvià y nuevo portavoz de la formación.

Unidad monolítica.
La convención socialista balear ha servido para mostrar una unidad y una cohesión en la que las discrepancias, aunque mínimas, han quedado apartadas; un hecho diferencial importante respecto a otras formaciones de la izquierda en las Islas. El equipo de Armengol logra así rentabilizar su paso por el Govern, acallando las críticas y forzando un bloque sólido de cara a las futuras confrontaciones electorales. No ha habido ni habrá fisuras en los próximos años, una hegemonía indiscutible para poder diseñar qué y quiénes representarán al PSIB en el futuro.

Un nuevo escenario.
Armengol tiene todas las herramientas necesarias para encarar el tramo final de la legislatura sin ningún tipo de cuestionamiento interno. Es un principio esencial para tratar de encarar las elecciones de 2023 con un mínimo de garantías de éxito. Además, los últimos sondeos reflejan que los socialistas están superando el bache de la pandemia, con un PP que no consigue afianzar el liderazgo de su presidente, Pablo Casado. Las tendencias estatales tienen un importante peso en Balears, pero el componente local define las ajustadas diferencias entre la victoria y la derrota electoral. En este terreno, el PSIB tiene mucho por hacer tras el congreso en circunscripciones clave.