El pequeño comercio no está en condiciones de caer en el fatalismo o relativizar el efecto que pueden tener las rebajas iniciadas ayer en el reflotamiento de su actividad. La posibilidad de arrancar las promociones una semana antes que las grandes superficies y justo en los días previos al día de Reyes debe servir a estos comerciantes para colocar sus productos entre quienes todavía no han completado su compra de regalos y entre todos esos que han esperado hasta la aplicación de los descuentos para adquirir a menor precio algún tipo de bien material. Pese a la pandemia, el consumo se mantiene considerablemente estable. Una oportunidad a la que agarrarse como a un salvavidas.

Reducción de stocks.
No menos importante que el incremento de ventas que pueda derivarse de los descuentos de estos días, estas rebajas a las que el pequeño comercio llega antes que los grandes almacenes constituyen otra oportunidad fundamental: la liquidación de los stocks acumulados durante el año pasado, arrastrado en muchos casos desde el 2020, durante los peores momentos de la crisis sanitaria. Tal vez no sean estas una rebajas de grandes márgenes comerciales, pero si una ocasión para avanzar en el objetivo recuperar volúmenes de almacenaje y venta cercanos a los de finales de 2019.

Un sector con futuro.
Es cierto que en casi dos años de pandemia muchos pequeños comercios de Balears se han quedado en el camino hacia esa recuperación. No obstante, los que sí han logrado capear el temporal así como han podido, deberían aprovechar este momento para reflexionar sobre el futuro de este tipos de establecimientos. Los tiempos han cambiado, así como los hábitos de consumo, y ya habían empezado a mutar antes de la Covid. El pequeño comercio tiene futuro y este pasa por la calidad de servicio, la diferenciación y subirse, de una vez por todas, al tren de los nuevos canales de comercialización.