La doctora Elena Muñoz Seco, presidenta de la Sociedad Balear de Medicina Familiar y Comunitaria, advierte que el sistema de Atención Primaria en el archipiélago está al límite y que prácticamente sólo puede atender y gestionar casos relacionados con la pandemia. La alta tasa de transmisión y la explosión de contagios por la variante Ómicron de la COVID provoca la congestión de los centros de Primaria. Y aún cuando la mayoría de los nuevos casos presenta síntomas leves, muchos de los afectados han de tramitar bajas laborales, lo que incrementa la carga de trabajo de los médicos. Según la doctora Muñoz, esta presión acarreará consecuencias sobre la población a medio y largo plazo porque se ha ralentizado el seguimiento de las patologías crónicas o directamente no hay personal ni recursos para vigilar su evolución; evaluar la eficacia de las terapias prescritas, y realizar pruebas diagnósticas y analíticas para detectar dolencias de forma precoz en su fase inicial.

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Baleares: la carga de trabajo más alta.Esta severa advertencia de la presidenta de la asociación que integra a los médicos de familia de no puede caer en saco roto y debe motivar respuesta por parte del IBSalut. En octubre pasado ya denunció que es la comunidad donde los médicos de familia soportan la carga de trabajo más alta al tener asignados, de media, a 1.760 pacientes, aunque también hay doctores que deben atender hoy en las Islas más de 2.000 y hasta 2.200 tarjetas sanitarias, cuando el cupo óptimo son 900.

Baleares ya necesitaba 300 médicos más.
Antes de la pandemia, según esta organización profesional, ya necesitaba 300 médicos de familia más. Ahora, cuando nos impacta la sexta ola del coronavirus, el Govern debería abordar la reorganización y destinar más personal médico, de enfermería y administración a los centros de Atención Primaria, colapsados y desbordados. Es el gran reto que debe abordar la Conselleria de Salut.