Es probable que los hechos se hayan solapado en el tiempo, pero la reforma fiscal presentada ayer por la presidenta del PP balear y candidata al Govern en las elecciones autonómicas de 2023, entronca con las palabra de Aznar dirigidas a Pablo Casado en lo tocante a la necesidad de perfilar un proyecto político propio y clarificar qué hará el PP si las urnas, en el caso de Marga Prohens, le franquean el camino al Consolat de la Mar. Con este reforma, la nueva dirección de los populares en Baleares transita de la ilusión –concepto un tanto etéreo– generada tras la proclamación de Prohens como presidenta del partido, al estadio de las propuestas y hechos concretos.

Repercusión social.
La reforma fiscal del PP es ambiciosa. No obstante el papel lo aguanta todo y a día de hay es harto difícil saber en qué situación se encontrará Prohens las arcas públicas en el caso de que gobierne Baleares. Cuestión capital para poder ejecutarla. La supresión del impuesto de sucesiones y de transmisiones patrimoniales para menores de 30 años, la rebaja del tramo autonómico del IRPF o nuevas deducciones por nacimientos, adopciones o cuidados de mayores de 65 años, son medidas de las que, en estas Islas, se beneficiarían muchas familias. No es un reforma para unos pocos privilegiados, sino para ese amplio nicho social que representa la hoy depauperada ‘clase media’, por lo que su impacto sería destacable.

Factibilidad de la reforma.
Si bien la factibilidad de esta reforma es, de momento, todavía una incógnita, cuesta obviar que el momento en el que se publicita es, desde el punto de vista de estrategia política, del todo idóneo. La promesa de cierta relajación en la presión fiscal a la que se ven sometidos los hogares en tiempos de constante encarecimiento de los gastos cotidianos (luz, gasolina, cesta de la compra, etc), conecta con la realidad y los anhelos de la calle, angustiada por los incrementos del IPC y no de los salarios. El Govern se equivocará si se limita a menospreciarla o a no valorar su transversalidad social e ideológica.