Las instituciones ibicencas han impulsado esta semana un debate que lleva instalado mucho tiempo en la sociedad ibicenca. Se trata del exceso de vehículos en Ibiza, que colapsan las carreteras, especialmente durante los meses de julio y agosto. Los datos aportados por el Consell d’Eivissa y los ayuntamientos son realmente llamativos. Durante estos meses circulan por las carreteras de Ibiza unos 180.000 vehículos, una cifra realmente inasumible para mantener la convivencia en la isla.

Coches de alquiler

Uno de los principales problemas que provocan el colapso de las carreteras es la presencia masiva de coches de alquiler, una situación que se atribuye a empresas extranjeras. El propio presidente de la patronal de los coches de alquiler, Ramón Reus, ha dicho que algunas de estas empresas utilizan estos vehículos de alquiler para exportar. Para Reus sobran aproximadamente unos 50.000 coches de alquiler en Balears, pero el problema va más allá del negocio de los rent a car. También hay un exceso de transporte privado procedente de la Península. El debate, evidentemente, acaba de empezar, y conviene dejar que los expertos busquen una salida que, sobre todo, sea jurídicamente asumible y que no suponga infringir ninguna normativa europeas. Cualquier medida que vaya en ese camino se tiene que desarrollar con todas las garantías jurídicas.

Mejor transporte

Pero lo que no pueden pretender las instituciones de Ibiza es que se eliminen coches con la actual estructura de transporte público, que todavía tiene muchas carencias. Por no hablar del servicio de taxis, que esta temporada deja mucho que desear por la falta de efectivos, sobre todo en la ciudad de Ibiza por la mala gestión de Aitor Morrás. Se puede hablar de reducir el número de coches, sin duda, pero las alternativas para el transporte en Ibiza tienen que ser sólidas. Y ahora mismo apenas rozan el aprobado.