El alcalde de la ciudad de Ibiza, Rafa Ruiz, se mostró este lunes visiblemente molesto y tenso con las preguntas formuladas por este rotativo tras una rueda de prensa a propósito de temas de actualidad, como son el ‘caso Puertos’, la falta de limpieza en la ciudad que gobierna y la polémica sobre la mansión en Talamanca. Sobre la primera cuestión contestó de manera correcta, manifestando su opinión y respeto por la investigación judicial. Respecto a las quejas por la falta de limpieza en es Pratet y la Marina, el alcalde    se mostró aún más tenso y lanzó dardos no sólo contra sus antecesores en el gobierno de la ciudad (el PP) hace ya dos legislaturas (es decir, ocho años), culpándoles de un pliego de limpieza «lamentable; de lo peor» sino, además, criticando a este medio de comunicación por informar sobre lo que preocupa a los vecinos de la ciudad que gobierna. En este punto, Ruiz afirmó que no lee de lo que sus vecinos se quejan y así refleja este medio de comunicación en sus noticias y reportajes, siempre solicitando previamente la reacción oficial del equipo de gobierno municipal.    En el caso de Talamanca, defendió la actuación del Ayuntamiento de Eivissa y afirmó que es «subjetivo» que una propiedad de 500 metros cuadrados, con casa de tres plantas, un garaje para tres coches y un elevador para los vehículos sea considerada como una mansión. Respecto a Talamanca, además, desautorizó a la presidenta de la Asociación de Vecinos, llegando a decir que muchos vecinos no se sienten representados por ella y que el Consistorio no actúa en función de lo que la presidenta de los vecinos de Talamanca diga.

Autocrítica

Las palabras este lunes del alcalde a este rotativo demuestran una falta clara de autocrítica y de saber encajar, precisamente, los comentarios que no le gustan, además de despreciar la opinión de sus vecinos. Como alcalde de la ciudad de Ibiza, que a su vez es la capital de la isla, representa a todos los ciudadanos, piensen como él o no, estén de acuerdo con sus políticas de gestión o no o le hayan votado o no. Es lógico pensar que como alcalde busca lo mejor para su ciudad y sus ciudadanos, pero tiene que saber que no todo lo que hace gusta sino que, en bastantes casos, más bien disgusta. Precisamente, saber encajar los comentarios que no le benefician y las críticas forma parte de ejercer un cargo público. No es sano buscar siempre el aplauso.