Este periódico publicaba ayer una información sobre la presencia de taxistas piratas en el puerto de Vila para captar clientes. Lo hacen a plena luz del día y en las paradas de los taxis oficiales. No les importa demasiado mostrarse de día porque la presencia policial es nula y, además, se benefician de la limitada oferta de taxis legales. En definitiva, actúan con total impunidad para ganarse un sueldo de forma irregular y, además, dan muy mala imagen de Ibiza.

Todo sigue igual

Hace unos meses se informaba que el Ayuntamiento de Sant Josep había instalado cámaras en el aeropuerto de Ibiza para detectar los vehículos de los taxis piratas que actuaban históricamente en aquella zona desde hace años. Parecía que con esta iniciativa el problema de los taxistas piratas podría limitarse durante esta temporada, pero ahora actúan en el centro de la capital ibicenca, a plena luz del día, y tampoco les importa demasiado si tienen que ir en busca de clientes a las paradas de taxis, que últimamente están abarrotadas de turistas porque la oferta oficial no cubre las necesidades de la isla.   

Presencia policial

Sin presencia policial que pueda intimar a estos taxistas piratas, parece improbable que dicha actividad ilegal pueda frenarse a medio o corto plazo. Si durante unos días se ha hablado y escrito sobre la mala imagen que han dado algunos de los ‘influencers’ invitados la semana pasada en Ibiza, ¿alguien puede imaginarse el daño que hace la presencia de estos delincuentes que estafan a los turistas y, además, hacen la competencia desleal a taxistas que pagan sus impuestos? Convendría tomarse en serio esta cuestión de la misma forma que se ha frenado la oferta ilegal de apartamentos turísticos. Las administraciones ibicencas deberían reflexionar el motivo por el cual este tipo de actividad ilícita no se produce en Mallorca o Menorca, por ejemplo. Y allí también faltan taxis.