La potente reactivación de la actividad turística en Balears, con una extraordinaria llegada de visitantes, ha reabierto el antiguo debate sobre la masificación que, al fin y al cabo, es sobre el modelo turístico de las Islas. Un modelo que se ha basado en el crecimiento y en superar, año tras año, los récords. Pero la saturación de los accesos y los espacios, el colapso de la red viaria, las colas y las demoras, y la insuficiencia de servicios provocada por la afluencia de turistas cuestionan el acierto y la sostenibilidad de este modelo que puede conducir a Balears a morir de éxito. Este debate incomoda en el Govern por las discrepancias entre formaciones que han de adoptar decisiones colegidas. Así, el conseller de Medi Ambient, Miquel Mir, de Més per Mallorca, afirma que «la situación de saturación que vivimos necesita remedio» porque «este verano se ha alcanzado una masificación nunca vista y se han sobrepasado los límites de manera notable». En cambio, la presidenta Francina Armengol, del PSIB-PSOE, se limita a manifestar que el Govern ya ha «adoptado medidas muy importantes» como las incluidas en la Ley de Turisme, que se debe desarrollar y aplicar.

La promoción, en el centro del debate

Armengol avala el criterio del PSIB-PSOErelativo a que no es momento de frenar la llegada de turistas a Balears, y cuando más arrecia la polémica, su portavoz Alfonso Rodríguez, dice que «no sobran turistas». Al mismo tiempo, insiste en seguir promocionando la temporada baja cuando aún no se ha resuelto el contrato de patrocinio con el Real Mallorca, que se ha cerrado sin concretar cómo se llevará a cabo.

El decrecimiento y los límites, las claves

Arranca el curso político que conducirá a las elecciones municipales y autonómicas de mayo del 2023. Las propuestas de cada partido sobre la masificación se convertirán en uno de los principales ejes de la campaña. La cuestión de fondo es el decrecimiento y fijar límites, sobre el que deberán pronunciarse con claridad.