El Black Friday es una fórmula comercial que suele ser de gran ayuda para los negocios, sobre todo antes de las fiestas de Navidad. El tirón de las ofertas y los descuentos permite a los comercios sacar género o, simplemente, fidelizar clientela. Aunque se trate de una fórmula anglosajona que se ha copiado en España, hay que reconocer todos sus efectos positivos para los comercios locales. Pero no ha sido el caso de los comercios de Isidor Macabich, que ayer seguían sin clientes mientras el resto de los negocios de la ciudad se encontraban con un volumen de ventas superior a una jornada normal.

Obras mal planificadas.

Hay que decir que la reforma de la Avenida Isidor Macabich era muy necesaria. Algunos tramos necesitaban un gran lavado de cara ante la importancia que tiene la avenida como una de las principales arterias circulatorias de la ciudad, pero es evidente que la obra se ha planificado de forma precipitada y por puro interés electoral. Algunas voces autorizadas vinculadas al PSOE han razonado que la obra hubiese podido ejecutarse por fases. El impacto no hubiera sido ni mucho menos tan gravoso como el que han sufrido los comerciantes de la Avenida Isidor Macabich.

Ayudas a los comerciantes

Ante los fallos de planificación de las obras de Isidor Macabich y los problemas económicos que han sufrido los comerciantes, el único camino que tiene el Ayuntamiento de Vila a partir de ahora es acelerar las ayudas prometidas por el propio alcalde, Rafa Ruiz, que no tuvo inconveniente en dejar en evidencia a la concejala de Turismo y Comercio, Desirée Ruiz, en su conflicto con los comerciantes. El problema de estas obras es que no se han equilibrado las consecuencias porque el único objetivo del gobierno de Ruiz era poder inaugurar la reforma antes de las elecciones. La campaña electoral de Ruiz está provocando un coste demasiado alto para los comerciantes, que tardarán mucho tiempo en poder recuperarse por unas obras mal planificadas.