El alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, en una entrevista publicada este domingo, admitía que su gran objetivo es alcanzar un acuerdo con los grupos de la oposición para poder sacar adelante los presupuestos para 2023 tras el desplante de su antiguo socio de gobierno, Joan Torres, del PI. Serra ha reconocido que los problemas con Torres han sido durante toda la legislatura y ha destacado la ineficacia de la gestión de su antiguo socio. A la vista de lo ocurrido durante los últimos meses, Serra solo tenía un camino: romper con Torres y gobernar en minoría.

Situación esperpéntica
Joan Torres ha vuelto a demostrar en los últimos días que su afán de protagonismo está por delante de su responsabilidad política. Porque no tiene ninguna justificación que el lunes se muestre satisfecho al poder gestionar 15 millones y al día siguiente le dé una hoja al alcalde con cuatro acuerdos de otros plenos sobre modificación de ordenanzas y la creación de nuevos reglamentos que no tenían ninguna influencia a nivel presupuestario. Aún así, Torres votó en contra de las cuentas de 2023, que no pudieron aprobarse. No puede admitirse que un partido pequeño con una escasa representatividad institucional y pocos votos pueda poner en jaque a todo un gobierno municipal.

Buscar una solución.
Una vez fuera del gobierno de Sant Antoni, el gran objetivo de Serra es aprobar los presupuestos para que puedan ejecutarse partidas importantes, especialmente las destinadas a entidade sociales y las nuevas inversiones. Pero no lo tiene nada fácil. El portavoz socialista actual cada vez tiene menos influencia en su grupo y Unidas Podemos, en contra de la tradición, ha votado en contra de las cuentas. No parece que haya mucha voluntad por parte de la izquierda en ponérselo fácil al alcalde, pero estaría bien alcanzar acuerdos introduciendo propuestas de la oposición a cambio de sus votos para no paralizar temas que superan la cuestión política. Pero a cinco meses para las elecciones no será nada fácil.