Las conversaciones que mantuvieron Gual de Torrella y Rafa Ruiz en 2020 y que han sido desveladas por este periódico confirman sobre todo un hecho muy relevante sobre el proceso de adjudicación del Club Náutico de Ibiza: que Doce Millas solo tenía un interés económico para gestionar las instalaciones náuticas y que por cuatro millones hubiese renunciado a presentarse al concurso.   

Aclarar la verdad

El ‘caso Puertos’ se está alargando más del tiempo deseable y la jueza que instruye la causa ha abierto un nuevo frente con la declaración de Rafa Ruiz como imputado o testigo. De las conversaciones no se desprende inicialmente ningún hecho delictivo si bien el alcalde de Vila hubiese tenido que denunciar a la Fiscalía que Doce Millas reclamaba cuatro millones para no seguir pugnando por la gestión del Club Náutico de Ibiza. La jueza ya determinará si Ruiz declara como imputado en un momento muy delicado a nivel político porque quedan menos de tres meses para las elecciones. Sería un auténtico varapalo para Ruiz tener que acudir a declarar como imputado después de todo el ruido que ha hecho su propio partido contra Vicent Marí por el ‘caso la vida Islados’.

Un club para los ibicencos

Ahora bien, el ‘caso Puertos’ y la investigación judicial no debe desviar la atención sobre un aspecto muy importante: la necesidad de que el actual Club Náutico de Ibiza, una entidad sin afán de lucro, siga al frente de las instalaciones evitando así la aparición de empresas que solo buscarían un rendimiento económico y no social. Sin embargo, sí hay que cuestionar la capacidad de los dirigentes políticos de conseguir este objetivo con todos los instrumentos legales para conseguirlo. Es cierto que la sociedad ibicenca mayoritariamente apoyaba que el Club Náutico de Ibiza siguiese en manos de ibicencos, pero siempre dentro de una legalidad.