Un convenio de hostelería que no recoge la singularidad

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El acuerdo que después de casi cinco meses de negociaciones cerraron la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM) y UGT para la firma del nuevo convenio de hostelería de Baleares evitó, prácticamente en el último minuto, una huelga que habría ocasionado un gran impacto en plena temporada turística. El gran caballo de batalla ha sido el incremento salarial. Finalmente, la patronal hotelera y el sindicato mayoritario han pactado una subida del 13,5% en tres años, que se aplicará en un 6% para este año, un 4% en 2026 y el 3,5 % restante en 2027. Se trata del mayor incremento salarial en la historia de la hostelería de las Islas. Quedan sin resolver otras cuestiones de gran relevancia, que se habían puesto sobre la mesa durante la negociación, como la medición de cargas de trabajo –que también incluye bares y restaurantes–, la reducción de la jornada laboral, la prolongación del período garantizado de los fijos discontinuos o el refuerzo de la formación.

Reticencias y discrepancias

Este principio de acuerdo, acordado por un sindicato –UGT– y la propia FEHM, será de aplicación en todas las Islas y para todos los sectores, pero no ha gustado a todos. CCOO se siente como un actor de reparto y las patronales de restauración y ocio de Baleares anunciaron anoche que no firmarán el convenio de hostelería. La decisión de los restauradores es más simbólica que cualquier otra cosa –están obligados a aplicarlo–, pero vuelve a poner sobre la mesa un problema que lleva años sin resolverse .    A esto se suma, además, que hoteleros de Ibiza y Menorca afirman que no se les ha tenido en cuenta, pero que acatarán el texto consensuado por la patronal mallorquina y uno de los sindicatos mayoritarios.

La singularidad

El convenio de hostelería afecta a las grandes multinacionales hoteleras, pero también a las cafeterías de barrio que tienen uno o dos trabajadores. Es imposible que un documento que no recoja esta singularidad genere una aprobación colectiva, pues no representa a todo el conjunto de la hostelería. Es importante recordar que los salarios han subido casi un 50 % en apenas una década y eso es difícilmente asumible para los más pequeños.