Opinión

Hijos de esquiadores

Damià Verdera tras recibir la Medalla de Oro de Ibiza. | Consell de Ibiza

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Arcádica ausencia de clases, mundo antiguo parado en el tiempo, huerta rica y mar generosa, pasión por el amor de una al.lota y duelos a muerte en las sierras lunáticas. Don Isidoro Macabich decía con coña fresca y marinera que en Ibiza hay hijos de pescadores, hijos de payeses e hijos de puta.

Ahora también hay hijos de esquiadores, como si fuéramos una región alpina.

El presidente del Club Náutico de Ibiza, Damià Verdera, lo ha dejado muy claro al recibir la Medalla de Oro: «Hemos llegado a un punto en Ibiza que en los institutos hay más esquiadores que navegantes».

Verdera lamenta que en Ibiza muchos indígenas vivan de espaldas al mar. Tiene razón, muchos son de secano salvo que vayan a un sudoroso baño de multitudes de esos que llaman beach club. Tal vez esa haya sido una de las causas de la pérdida de la sede de un club centenario, algo mucho peor que un crimen, una estupidez, una bajada de pantalones incomprensible ante el poder forastero, salvo que lo hijos de esquiadores tengan la sangre de horchata.

La mar pitiusa es fabulosa y mitológica, llena de leyendas y capítulos gloriosos a sangre y fuego de unos marinos que nunca se arredraron a la hora de defender su costa o lograr botín. Ahora se llevan más esquiadores y corredores de asfalto de maratón, pero la mar pitiusa rezuma belleza y aventura y ¡qué mejor educación para los cachorros que hacerse a la mar! La circunnavegación de las Pitiusas debería ser asignatura obligatoria para los estudiantes, que abrirían así su espíritu, conocerían de verdad sus maravillosas islas y aprenderían que la vida se vive mejor poéticamente.