La teta de Ibiza

Turistas en Ibiza.

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A menos de dos meses para que empiece a aplicarse la limitación a la entrada y circulación de vehículos en la isla de Ibiza, leo que nadie está satisfecho con una ley que tuvo el apoyo mayoritario de la población, es decir, de nuestros representantes en el Parlament. De hecho, tan solo votaron en contra de ella los diputados de Vox. Semana tras semana llegan voces desde las navieras y los ‘rent a car’ que nos alertan de las desgracias que caerán sobre la isla una vez se aplique: menor contratación, incremento de precios y menor frecuencia de barcos para poder escapar de esta isla en verano. En el otro lado están los partidos de izquierdas, que critican que este año los residentes no vamos a notar nada por culpa de unos cupos aprobados por el Consell d’Eivissa poco ambiciosos. Y tienen razón. A las puertas de la Semana Santa ya han empezado los atascos en nuestras carreteras. Y lo que te rondaré, morena. La cuestión, en la que la inmensa mayoría de los ibicencos están de acuerdo, es que sobran vehículos. Y gente. Recuerdo que entrevisté meses atrás a una veterana comerciante muy sabia de Santa Eulària a la que le pregunté si consideraba que sobraban turistas en Ibiza. «¿Turistas? Lo que sobra en Ibiza son residentes, no turistas!». Y hacia allá que vamos. Con los alquileres por las nubes y los salarios por los suelos, cada vez son más los trabajadores que hacen el petate y se marchan de la isla. Y muchas familias sin raíces aquí. Mientras, los que llevan años chupando de la teta de Ibiza son incapaces de arrimar el hombro y sumarse a la iniciativa que los representantes del pueblo han aprobado para preservar el bienestar y el porvenir de los ibicencos.