Que uno «nace» y «muere» un poco «donde le coge» es relativamente cierto, sobre todo si el evento sucede de repente y no se puede prever, pero en líneas generales, a ser posible, desde que tenemos sanidad pública y si el acontecimiento, sobre todo el de fenecer, no ocurre de forma inesperada, lo más lógico es que se pueda recurrir a un hospital.
Dicho así parece algo bastante simple. Pero este hecho era imposible hasta el año 2007 en Formentera porque no teníamos hospital, así que para dar la bienvenida a la vida o para despedirse de ella, debíamos hacerlo en el Hospital Can Misses, de Ibiza. Eso si tenías la «suerte» de llegar a él, porque para trasladarse hasta allí, lo primero «más puntero» que tuvimos fue una lancha ambulancia medicalizada (no me seáis tiquismiquis, primero seguro que no había eso, primero no había nada, o la barca de línea o tal vez algún capitán que hacía el favor de salir con la parturienta hasta Ibiza, hago referencia a cuando ya se hacían traslados «adecuadamente») , bien, para llegar del Centro de Salud hasta la lancha había que ir en ambulancia al Puerto de La Savina, coger la barca medicalizada, llegar a Ibiza donde esperaba otra ambulancia que te transportaba hasta Can Misses. Sí, algún que otro niño nació en esa barca, porque la madre naturaleza no sabe de esperas.
Más tarde se instauró el helicóptero, que aterrizaba en el parking de Sa Senieta y aunque el traslado hasta él también era en ambulancia, el autogiro te dejaba en Can Misses directamente y era más rápido, con lo cual, los partos y los casos graves de enfermedad o accidente, podían concluir en un hospital.
Por eso, y saltándome varios capítulos, celebro que se amplíe el Hospital actual con un nuevo centro de salud. Porque, aunque cuando se anunció su construcción muchos decían que no era necesario, lo cierto es que, por supuesto, una población que vive aislada debería tener derecho a una sanidad pública como toca, porque ¡sorpresa! También la pagamos con nuestros impuestos.
A día de hoy, tenemos grandes profesionales en nuestro hospital y las mujeres que lo desean, pueden dar a luz a sus hijos en la isla, sin tener que desplazar a Ibiza. De hecho, algo curioso es que a partir de finales de los años ochenta, aunque nacieras en el Hospital Can Misses, en el DNI podía poner «Formentera» porque a pesar de no haber nacido aquí de facto, tu lugar de origen era este.
También se hacen en el hospital intervenciones quirúrgicas y por supuesto, se pueden atender urgencias de índole mayor que antaño. El helicóptero sigue funcionando por supuesto y si se produce alguna emergencia grave, el paciente es trasladado al Hospital Can Misses en un trayecto rápido o incluso a Palma de Mallorca.
Puede parecer algo absurdo, pero la calidad de la sanidad pública y el acceso a ella es algo que damos por hecho porque lo tenemos. Está bien recordar que hubo un tiempo en el que ese acceso no era tan sencillo ni estaba al abasto de todo el mundo.
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