Opinión

Santos, ¡sé fuerte!

El exsecretario de Organización del PSOE Santos Cerdán a su llegada a declarar en el Tribunal Supremo | Foto: Europa Press - Jesús Hellín

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La entrada en prisión de quien hace pocas semanas era el número tres del PSOE, Santos Cerdán es el hundimiento moral de un partido que hace tiempo cruzó todas las líneas rojas. El que fue secretario de Organización de Pedro Sánchez, a quien encargó complacer a Carles Puigdemont, el que tejía alianzas en la oscuridad mientras presumía de "gestión impecable", ha pasado la noche entre rejas en Soto del Real. El partido está tocado y corre el riesgo de morir si no pasaporta a Pedro Sánchez, que es capaz de enterrarlo con sus propias manos. ¿Dónde están ahora quienes ponían la mano en el fuego por Santos Cerdán? ¿Dónde está Francina Armengol, que hace unas semanas le dedicaba un tuit de apoyo entusiasta? ¿Dónde el expresidente Zapatero, ministros como Bolaños, Puente, Alegría, López; diputados y portavoces socialistas que le encumbraban por su gestión impecable? Y ¿cómo olvidarnos de Leire Díez, la fontanera socialista de confianza, buscando ávidamente pruebas para atacar a los investigadores de las tropelías de Cerdán? Que encima tengan la desfachatez de afirmar que han actuado con contundencia contra la corrupción, lo supera todo. Pero si hoy debemos destacar algo es a los integrantes del equipo de opinión sincronizada del Gobierno sanchista. Se dedicaron a desacreditar a los medios que investigaban a Cerdán, a tachar de bulos lo que hoy los jueces confirman como indicios sólidos de corrupción. Columnistas, tertulianos y analistas de medios que son colaboradores necesarios de una banda criminal, hoy fingen indignación por las corruptelas de los puteros que Sánchez colocó al frente del PSOE. Cerdán no cae solo; se los lleva a todos por delante: al PSOE, a su estructura, a su credibilidad y a una parte del periodismo que vendió su alma por complacer al Ejecutivo. El precio a pagar será devastador. Y aún no hemos visto lo peor porque Cerdán cantará como cantó Luis Bárcenas.