Opinión

Amargura por la depuradora

Marga Prohens durante su visita de este jueves a la depuradora de Sa Coma | Foto: Jésica López

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Hay algo casi poético en ver a las socialistas ibicencas rabiando porque la presidenta del Govern, Marga Prohens, haya visitado la estación depuradora de Sa Coma, una obra pública que ha pasado de promesa electoral a realidad tangible. En lugar de alegrarse de que se haya solucionado un problema, no disimulan su frustración porque la depuradora sea inaugurada por una presidenta que no es socialista. Prohens puso en valor las mejoras introducidas en el proyecto por su Ejecutivo, lo cual es completamente lógico; pero mientras se hablaba de regeneración de aguas, la diputada Milena Herrera aprovechaba para chapotear en la red social X del ultraderechista Elon Musk y daba codazos para hacer notar que el Gobierno de España ha pagado los 43 millones de euros invertidos. De los impuestos de todos, le faltó decir. Igual se cree que salen del bolsillo de los ministros y ministras. Más aún, la siempre sobreactuada Elena López, portavoz socialista en el Consell d’Eivissa, se llevó las manos a la cabeza tildando de «desvergüenza» que el Govern del PP no hubiese invitado a representantes estatales. No se entera de nada. Fueron invitados pero declinaron asistir porque, como todo el mundo sabe, los miembros del Ejecutivo de Pedro Sánchez no se dedican a gestionar, sino a hacer oposición a los gobiernos autonómicos del PP. Sabiendo que tendrían que compartir foco con Marga Prohens, prefirieron ausentarse. Este es el nivel. Mientras se inaugura una depuradora esencial para la Ibiza —una infraestructura que mejora la vida de los residentes, protege el entorno y posibilita la reutilización de un bien escaso y preciado como el agua—, lo socialistas se enredan en la miseria del postureo político a través de las redes sociales. En lugar de felicitarse por el avance colectivo, patalean porque no gobiernan ellas. ¡Qué amargura!