Joan Boned Roig
Joan Boned Roig

Exconseller de Territori, Energia i Mobilitat del Govern Balear

Opinión

Obsesión política

Edificios en Ibiza | Foto: Alejandro Mellon

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Que Ibiza y Formentera son diferentes, es una realidad palpable que se vive en el día a día, pero esos elementos diferenciales que en muchas ocasiones nos benefician, en algún que otro caso nos perjudican notablemente. Subirse al carro de lo bueno siempre es mucho más fácil que intentar superar los obstáculos que no nos benefician. Algunos problemas a los que debemos enfrentarnos en las Pitiusas, requieren de soluciones alternativas a las que son validas para otros territorios.

El principal problema que afecta a nuestras islas en estos momentos y desde hace algunos años, es el de la vivienda o mejor dicho el acceso a la misma, siendo ese detalle semántico muy importante. Inmersos como estamos en esa gravísima problemática y directamente afectados por ese matiz diferencial con el que debemos convivir, hay declaraciones de algunos de los responsables directos de gestionar nuestras administraciones que realmente rechinan, incluso diría que pueden llegar a indignar.
Recientemente todos pudimos leer las declaraciones del Vicepresidente del Consell Insular de Ibiza en una entrevista, en las que manifestaba su parecer y por tanto el de la institución a la que pertenece y de cuyo equipo de gobierno forma parte. La práctica totalidad de la citada entrevista se ceñía al problema habitacional y ciertamente algunas de sus afirmaciones resultan al menos sorprendentes. Evidentemente se mostró a favor de las normas y programas aprobados por el Govern de su propio partido el PP. Se muestra a favor de autorizar la construcción en suelo rustico, a pesar de que no esté agotado todo el urbano y urbanizable y por otro lado, manifiesta claramente su negativa a aplicar la ley de vivienda estatal, con argumentos realmente banales. Del mismo modo le da su apoyo al programa «alquiler seguro» del Govern, a pesar de ser este el último y más estruendoso fracaso del ejecutivo autonómico del PP.

Las cifras hablan por sí solas, en la primera fase de dicho programa de alquiler autonómico, solo se han firmado 26 contratos, 24 en Mallorca y 2 en Menorca; nada de nada en Eivissa y Formentera, que curiosamente es donde tenemos el problema más grave. A pesar de ello no parece que se quiera ver esa realidad y se buscan justificaciones absurdas para explicar ese nuevo agravio.

También parece que resulta difícil de ver que aportar soluciones aquí, necesariamente pasa por reconocer la realidad territorial de ser islas y ligarlo al mismo tiempo con la cifra de más de 4000 viviendas vacías y reconocidas como tales por la máxima institución insular. Afirma el Vicepresidente que las propuestas incluidas en la ley de vivienda estatal y que pasan por declarar zonas tensionadas, pudiendo aplicar con ello controles en los alquileres desbocados, han fracasado en ciudades como Barcelona, Berlín o París; todas grandes ciudades que nada de nada tienen que ver con nuestro limitado territorio insular.

El simple reconocimiento de nuestra limitación territorial como islas, sumado a la existencia también reconocida de más de 4000 viviendas vacías, debería ser suficiente para hacerles ver a los que gestionan nuestras instituciones, por donde pasa la solución de nuestra crítica situación habitacional. Si tan solo se pudiera poner en el mercado del alquiler y a un precio razonable, la mitad de esas 4000 viviendas, con toda seguridad la crisis podría desaparecer.

Lo que resulta del todo inviable es mantenerse varados en una ideología política que solo admite propuestas extremadamente conservadoras y negando cualquier tipo de intervencionismo en el mercado libre, con el infantil argumento de que si suben las hipotecas, no se puede poner límite alguno al precio del alquiler. Cuando la obsesión política está por delante de la realidad, es decir de los problemas de una cantidad importante de ciudadanos. Cuando no se es capaz de ver más allá de lo que te dicta el partido que tan solo vela por su propio interés. Cuando no existe el grado de valentía suficiente para intentar ni tan siquiera aplicar alguna de las propuestas de los rivales políticos. Y cuando no se es capaz de ver que muy posiblemente una combinación de las ideas conservadoras y las progresistas aplicables a esa indecente cifra de viviendas vacías, podría ser la fórmula mágica para desbloquear la crítica situación. Cuando todas estas incongruencias son las únicas que se usan para gestionar políticamente el problema, pocas esperanzas quedan a los miles y miles de ciudadanos víctimas de tal situación, de que de la forma más rápida y eficiente posible puedan ver que se puede salir del barrizal en el que el sectarismo político nos tiene metidos a todos.

Encerrarse en el corralito del propio partido, hasta la fecha no ha servido de nada. En nada se ha mejorado y cada año que pasa la situación empeora drásticamente. Adapten la legislación para que los propietarios puedan seguir alquilando y obteniendo beneficio, que no especulando y abusando y, los inquilinos puedan optar a un lugar digno en el que residir y en el que poder gestionar sus vidas con un mínimo de dignidad.