La reunión entre los taxistas, el Consell y los ayuntamientos se alargó durante casi tres horas. Los funcionarios tuvieron que reponer las reservas de botellines de agua para los asistentes y algún que otro político, entre ellos la consellera de Mobilitat, Pepa Marí, salió de la sala para fumarse un pitillo.

Se avecina hoy un pleno movidito en Sant Antoni por los horarios del West.