El personal de seguridad de los juzgados de Ibiza está acostumbrado a hacer frente a multitud de situaciones peculiares. Ayer al pasar el bolso de una señora por el escáner, el vigilante observó lo que parecía ser una linterna.

Al preguntar a la propietaria del bolso qué era aquel objeto, la mujer explicó que era un juguete sexual y rogó que no se lo hiciesen sacar.