Uno de los restauradores afectados por las obras de Isidor Macabich decía hace unas semanas que existía miedo. Se refería a que los empresarios no querían hablar por temor a represalias, pero con unos negocios al borde de la ruina ese miedo no existe. Los comerciantes y vecinos (no demasiados, pero representativos) piden ayudas y lamentan que no se esperase a superar la crisis tras dos años de pandemia. Los comerciantes tienen un problema: ninguno de los miembros del gobierno municipal ha dirigido nunca un negocio. Ese es el quid de la cuestión.

Formentera confirma que debe analizar su modelo turístico

Formentera ha registrado una buena temporada turística, aunque con un mes de septiembre bastante flojo, pero este año ha confirmado que debe revisar su modelo turístico. Además de ser un destino excesivamente caro, los turistas cada vez están menos días y solo visitan la isla durante la temporada alta. Por conseguiente, y como apunta la patronal hotelera, la isla debería centrarse en potenciar la temporada alta y, sobre todo, una mejora de servicios básicos, que dejan mucho que desear. Hay que tomar nota de los errores.