No parece razonable que los propietarios de las viviendas vacacionales se conviertan de forma involuntaria en los responsables de una fiesta ilegal que hayan podido convocar sus inquilinos. Dado que las competencias son municipales, lo lógico y justo sería identificar al organizador de la fiesta y a todos aquellos que participen, que son finalmente los que provocan problemas de ruido al resto de vecinos. Esta cuestión debe resolverse de cara a la próxima temporada turística con el apoyo de Consell y ayuntamientos.

Comprar hoteles viejos para convertirlos en viviendas de okupas

Las patronales turísticas han dejado muy claro que se oponen a la medida estrella anunciada por Francina Armengol de comprar hoteles y locales viejos con el objetivo de modernizar la oferta hotelera. Ese no es el camino.   Aparte de que 10 millones son totalmente insuficientes, es más que probable que los hoteles que se cerrasen tras adquirirlos a sus propietarios se convirtiesen en refugio de okupas. No es la primera vez que ocurre. Siempre es mejor crear incentivos para que los propietarios modernicen sus negocios que comprar para nada.