Este periódico publicaba en su edición dominical que la construcción se ha reactivado en Sant Antoni tras seis años de parón. En la actualidad hay obras por valor de más de 40 millones. El parón ha estado provocado por la mala gestión del departamento de urbanismo, un problema que no solo padece Sant Antoni sino la mayoría de ayuntamientos de la isla. Por mucho que los dirigentes políticos hablen de vivienda pública poco se podrá hacer sin agilizar la burocracia. Para conseguir una licencia se tarda un mínimo de dos años. Vergonzoso.

La escasa ocupación de la residencia de Can Misses es preocupante

La puesta en marcha de una residencia para sanitarios en Can Misses fue una excelente iniciativa para que el personal facultativo tuviese una opción ante los problemas de vivienda que sufre Ibiza. Pero ahora mismo solo hay dos plazas ocupadas de las 12 disponibles. Can Misses destaca que la demanda es constante, pero en invierno baja. Puede ser que así sea, pero o todos los médicos tienen ya vivienda alquilada en Ibiza, algo bastante improbable, o la isla sigue siendo un destino muy poco apetecible para el personal sanitario. Sea lo que sea es preocupante.