Los alrededor de 300 votos que el pasado domingo consiguió de diferencia la Coalició d'Organitzacions Progressistes (COP) sobre el candidato del GIF-PP han dado un vuelco espectacular a la política insular, pitiusa y, posiblemente, autonómica. Como si de un dominó se tratara, la última ficha ha trastocado la cadena de resultados y ha sido una de las claves de que el PP haya perdido la mayoría absoluta en el Consell Insular y en el Parlament balear. La complejidad de la sociedad formenterense no permitía aventurar un resultado tan abultado como el conseguido por Santi Ferrer, un desconocido político, sobre Joan Robert Masdeu, que ostentaba el cargo de conseller y diputado, aunque no dejan de existir razones de peso por las que han hecho decantar la voluntad de los electores del lado de los progresistas a pesar del esfuerzo sobrehumano que el PP y sus instituciones han realizado en esta isla. El incendio provocado en el archivo de Urbanismo del Ayuntamiento en medio de un clima de sospecha generalizado, el aireamiento de la existencia de un grupo de argentinos empadronados en Formentera de los que nadie sabía, aparentemente, nada, las luchas internas del Partido Popular y el abierto y durísimo enfrentamiento de una parte de esta formación con el GIF por varios asuntos han sido sucesos que no han pasado desapercibidos por la ciudadanía y las claves del cambio de color en el Consistorio y en el escaño que corresponde a la isla en las instituciones autonómicas. El nuevo equipo municipal se encontrará cuando tome posesión de sus funciones con un sinfín de cosas pendientes, algunas vitales, fruto de la paralización del Ayuntamiento tras la ruptura del pacto de gobierno y del gobierno en sí. Necesitarán un poco de tiempo para hacerse cargo de la situación, pero deberán recordar el que han esperado los ciudadanos.