Las Pitiüses sufrieron ayer el mayor incendio forestal del año, con el resultado de cerca de 50.000 hectáreas de bosque calcinadas. Las primeras investigaciones apuntan a una negligencia la causa de que las llamas arrasaran dos montes en la zona de Cala Xarraca. La triste coincidencia de este incendio con la denuncia realizada hace pocos días por el conseller de Medi Ambient del Consell Insular, Joan Buades, en la que calificaba de catastrófica la protección existente en las Pitiüses ante este tipo de situaciones, acentúa, más si cabe, el factor de riesgo en el que se encuentra el bosque pitiuso.

Desde las instituciones pitiusas se está reclamando a Mallorca una mayor presencia de dotaciones de bomberos en las islas. Recientemente se ha firmado un convenio entre el Consell y el Govern para paliar las deficiencias existentes. Pero ayer , estas carencias quedaron reflejadas en Cala Xarraca cuando hubo que contrarrestar un fuego de gran envergadura. Los bomberos de Eivissa desplegaron su dispositivo nada más recibir la alarma, pero la importancia del suceso provocó que tuvieran que ser movilizados varios efectivos de Mallorca, que lógicamente llegaron dos horas más tarde al epicentro del fuego. Finalmente, el fuego resultó controlado, pero ¿qué hubiera pasado si a la misma hora se origina un fuego de esas dimensiones en Alcudia o en Ciutadella? El Govern debe dar respuesta a esta cuestión y actuar con rapidez.

Pero si la protección, lógicamente, es importante, más decisiva es la prevención y la responsabilidad de las personas que acuden a la montaña. El ecologismo no es sólo disfrutar de la naturaleza sino también cuidarla y preservarla. Por eso es muy importante la sensibilización de los ciudadanos, ya que por una simple torrada, como ayer ocurrió en Cala Xarraca, podemos acabar con años de vegetación de indudable valor forestal.