Estamos en el siglo XXI, en el que prácticamente todo puede ser posible. Podemos abrir el maletero del coche sin tocarlo, podemos enviar una imagen a un amigo y en menos de una hora haber dado la vuelta al mundo. Parece que en este nuevo siglo todo se puede superar. También parece que uno no pueda estar enfermo, simplemente si nota alguna molestia debe acudir a su médico que éste se lo solucionará, (seguro, y si no igual no es tan buen médico… ) Porque actualmente todo es posible, o igual esa es nuestra idea general.

En la era de la tecnología y los avances tampoco suena raro que existan pastillas para sustituir comidas, otras para regular las subidas de azúcar, de colesterol o reducir los abusos alimentarios, otras para animarnos si estamos cansados, otras para que no duela la espalda después de una jornada cargando barriles de cerveza de 50 kg al camión del reparto.

No estoy diciendo que muchas veces no sean consultas justificadas, pero ¿hacemos nosotros también todo lo que está en nuestra mano?

Es normal estar preocupados por nuestra salud, pues vivir es de lo más preciado. Tenemos la suerte de disfrutar de una sanidad, que hasta ahora, era accesible a todo el mundo. Ante la más mínima duda acudíamos a nuestros centros de salud para consultar y solicitar algún tratamiento y a demás no puede faltar nuestra analítica completa cada año como revisión, claro.

Igual, parte fundamental del problema es nuestra (de los profesionales de la sanidad), donde hemos "medicalizado" problemas, hemos enseñado a la gente que con una pastilla todo se arregla.

En la actualidad, mucha gente prefiere tomar una pastilla para el colesterol, otra para el azúcar, otras dos para la tensión, que intentar bajar peso, reducir la sal de la dieta o hacer un poco más de ejercicio. Porque es más fácil. Pero estos tratamientos también tienen otras consecuencias.

Buena parte de las diabetes del adulto se evitarían haciendo una correcta dieta y ejercicio. Muchas veces un ejercicio moderado tres dias por semana ayuda a regular el azúcar, el colesterol, también mantiene la musculatura, activa las articulaciones reduciendo la aparición artrosis, baja peso y al bajar peso disminuye la tensión arterial, disminuye el colesterol, dormimos mejor, pues ya no roncamos, y al cabo de los meses, aparte de encontrarnos mejor hemos conseguido retirar 5 de las 8 pastillas diarias, ¿no es esto tecnología punta? Nuestro cuerpo es una máquina revolucionaria y no le prestamos atención.

Amigos, la salud es un derecho, está claro, pero también un deber. Los principales responsables de nuestra salud somos nosotros mismos, y claro que sí, que debemos de acudir a las consultas para solicitar ayuda y consejo, pero antes de realizarnos esa analítica anual reflexionemos: ¿hemos cambiado algo desde año pasado?, pues ¡manos a la obra!