La mayor parte de los miles de usuarios de las diferentes líneas y frecuencias de los autobuses que realizan el servicio urbano en el municipio de Eivissa y con el resto de municipios andan más bien un poco perdidos y desorientados para localizar la parada correcta y poder subir al bus que les ha de transportar al punto de destino. A estas alturas del mes de julio cabe decir que los nativos ya saben cómo localizar el autobús correcto, pero no ocurre lo mismo con los millares de visitantes que se alojan en establecimientos hoteleros ubicados en Talamanca, ses Figueretes, Platja d’en Bossa, Sant Antoni, Santa Eulària y Sant Josep. Sin lugar a dudas, las paradas de las avenidas Isidor Macabich y de España tienen mucho que desear en todo cuanto se refiere a señalización e información sobre destinos y frecuencias. Y no digamos de la mejoría que necesitan la paradas de Platja d’en Bossa, centro turístico más que importante y en el que residen miles de turistas. En suma, me permito la libertad de exigir la mejora y la instalación de nuevas marquesinas y también entoldados modernos, de manera que los viajeros no estén expuestos ‘a sol i serena’, es decir, a la intemperie, tanto de día como de noche. Ya digo con unos entoldados similares a los que hay instalados en el puerto de Eivissa se protegería a los usuarios del bus, que son personas, del ‘bat de sol’, del golpe de calor, que viene a ser lo mismo que de un sol de justicia.

Lo digo así recordando que no hace demasiado tiempo se celebraron reuniones de trabajo entre el Consell Insular y el Ayuntamiento de Eivissa, encaminadas a resolver la problemática actual y crear otros puntos de parada solamente para bajar en Avda. Ignacio Wallis y la zona portuaria, para que los viajeros procedentes de Sant Joan, Sant Miquel, Sant Antoni y de Santa Eulària pudieran bajar del bus en zonas más cercana al centro de la ciudad.

Pues bien, a estas alturas de la película y con el telón de fondo del Cetis y de todo su ‘culebrón’, opino que la clase política de la capital insular debería encontrar soluciones pragmáticas y coherentes para dar facilidades a todas las personas que a diario se desplazan en autobús por pura necesidad, incluyendo a trabajadores. Muchos de los usuarios son de edad avanzada, no tienen vehículo propio y otros son turistas que van en autobús por ser un medio de transporte bueno y barato. Entonces, me pregunto, qué está sucediendo para que las negociaciones entre políticos no prosperen, lleguen a buen puerto y permitan desbloquear el tema de mejorar todas las paradas y proporcionar, además, buena información a los aspirantes a viajeros.

El caso de Formentera

En el momento en que la actual estación marítima de Formentera se traslade al muelle comercial situado al norte del puerto, y que también lo hagan las embarcaciones que navegan entre Eivissa y la Savina, sin lugar a dudas, los formenterenses perderán calidad de vida al no poder embarcar y desembarcar en el muelle de poniente adosado a la Avda. de Santa Eulària. Está muy claro que los residentes en Formentera han de pasar necesariamente por el puerto de Eivissa para poder realizar gestiones diversas, ir al hospital o al aeropuerto y así ha sido siempre, pero cuando se muevan los barcos es incuestionable que los pasajeros procedentes de Formentera desembarcarán en un punto alejado de la ciudad, y que van a necesitar autobuses para poder llegar a Vila. Y también tendrán problemas los turistas que van de excursión a la Pitiusa menor por la mañana y regresan al atardecer. Así, pues, también perderán tiempo y dinero los turistas en dicha operación de cambio de muelle. Es decir, todo indica que la Autoridad Portuaria de Balears, que está convirtiendo el puerto actual en una gran ’marina’ de lujo y rentabilizándolo, al mismo tiempo, no ha pensado en los perjuicios que tendrán los formenterenses obligados a desplazarse a Vila. Una pena que siempre tengan que perder los más indefensos.