No os asustéis, queridos amigos y amigas, el bueno de Pablo Iglesias de Podemos, la gran sorpresa para muchos de estas elecciones europeas, no tiene todavía un busto en su honor. Y digo todavía porque apuesto a que lo llega a tener más pronto que tarde. No sé a vosotros, pero para mí un golpe de aire fresco como ese me sabe a gloria. Da energía e incluso a un cínico como yo le renueva de esperanza por sus semejantes.

Pero no me quiero desviar de tema… Cuando titulaba el artículo como «el busto de Pablo Iglesias» me refería al ‘otro’ Pablo Iglesias. Para los menos leídos decirles que fue nada más y nada menos que el fundador del partido más antiguo de este país. ¿Adivináis? Exacto. El Partido Socialista Obrero Español. Claro que cuando lo creo Pablo Iglesias un 2 de mayo de 1879 y a pesar que solo se reunieron 25 compañeros no cabía duda de que era un partido, socialista, obrero y español. Quién lo diría ahora.

Nuestro querido Pablo Iglesias, fundador del PSOE, en sus ratos libres, le dio tiempo de fundar la Unión General de Trabajadores, en una época en la que ser sindicalista y luchar por los trabajadores te podía costar la vida. Lo mismo que ahora vaya…

En 1890, encabezó la primera manifestación del 1 de mayo, pidiendo cosas tan peregrinas como la jornada laboral de 8 horas o que los niños españoles no fueran empleados en tareas laborables.

Pues bien, en el año 1979, Alfonso Guerra junto con algún socialista más, desenterró lo que quedaba de un busto de Pablo Iglesias que en 1939 los franquistas dinamitaron. Dos militantes socialistas, arriesgando su vida, ocultaron los restos durante la noche en el suelo del parque de retiro, hicieron unos planos de su situación exacta y se lo entregaron a la familia Padral, quienes en su día le contaron la historia a Alfonso Guerra y le entregaron los planos y hoy dicho busto está en la sede del Partido Socialista en la calle Ferraz…

Y yo me pregunto, viendo la evolución del Partido Socialista Obrero Español, esos que ahora se avergüenzan de su pasado y se llaman ‘progresistas’ y ya no usan las siglas de partido y lo abrevian con ‘socialistas’ que redibujan la rosa y el puño ya no es un puño… y que se vendieron hace mucho tiempo… Me pregunto si ese busto no debería estar en la sede de otro partido. Seguro que el bueno de Pablo Iglesias, si pudiera ver a través de su busto, dejaría de pasar vergüenza al ver que un ‘friki melenudo’ que se llama como él, seguía luchando por aquello por lo que él murió y que nosotros ¿estábamos? dejando perder. Y con vuestro permiso me voy a tomar un tentempié, que tanto hablar de derechos y tiempos pasados y futuros me entra hambre.