El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en el campo, a una perla de gran valor, y a una red barredera. El gran tesoro escondido para muchas personas es la Santísima Eucaristía. Cierto autor escribía: " No se hace justicia al obrero, no se valora su trabajo, su dignidad personal, muchas veces no puede encontrar un empleo digno y estable. Esto es muy grave y necesita una solución urgente por parte de la Administración. Hoy en día tampoco se hace caso al hijo del obrero, se le ignora e incluso existe animadversión hacia él. No se hace justicia al hijo del Obrero que creó el Universo, autor de lo visible e invisible.

La última parábola de este capítulo está relacionada con la cizaña del pasado domingo, en ambiente marino " la red", la red es la Iglesia, el mar es el mundo, en esta parábola se nos enseña que al final de los tiempos Dios juzgará y separará el bueno del malo; nadie puede excusarse basándose en su ignorancia, ya que todo ello se expone con una claridad meridiana.

Cuando la red está llena, los discípulos separaban en la orilla lo bueno de lo malo, echándolo en sus cestos; así será el fin del mundo, vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos y los arrojarán al horno del fuego.

Jesús les preguntó a sus discípulos, "¿ Comprendéis esto?. Ellos le respondieron. "Si, lo entendemos"