La verdad es que la política insular, bien sea a nivel municipal o autonómico, está atravesando momentos difíciles y no se encuentran soluciones para los endémicos problemas que padecemos por falta de pragmatismo político. Voy a empezar por la zona de poniente, y me encuentro que alguien ha resucitado el proyecto de construir un túnel que atraviese el Passeig de ses Fonts para dar salida al tráfico rodado que se genera en el puerto comercial. A mi entender es un despropósito, para decirlo suave, y más teniendo una salida por la calle Madrid, entre los edificios Faro, y buscar la carretera que pasa por la zona de Baix sa Talaia, la ronda norte, la carretera de Eivissa y la Ronda de ses Païsses. Espero que la calle Madrid, a pesar de la cuesta arriba, sea la solución técnica y práctica. Sigo en Sant Antoni y digo que es muy buena noticia que el grupo Matutes haya decidido plantar un gran hotel de lujo en Cala Gració. Sin duda, el futuro de Sant Antoni pasa por saber captar visitantes de calidad, más turismo familiar y mantener a raya a los que se pasan con los decibelios aplicando las ordenanzas municipales, que para algo se aprobaron en sesiones plenarias del Ayuntamiento. Y se hizo, claro, siguiendo lo ordenado a nivel estatal en la Ley del Ruido. En pocas palabras, el director de la Administración el Estado en Eivissa y Formentera, Roger Sales, tiene mucho que decir en Sant Antoni en todo cuanto se refiere a tranquilizar las largas noches y madrugadas. Y sigo con Roger Sales, que ha dicho en Formentera que habrá tolerancia cero con los ‘party boats’ y los fondeos irregulares. Por cierto, las discotecas flotantes han de cumplir todas las leyes, y cabe recordar aquí y ahora que la contaminación acústica en el mar es tema de competencia estatal. Así está estipulado y es una forma de terminar con las músicas altisonantes que afectan a los usuarios de las playas y a los residentes en la costa.

Y mientras se dice ahora que para solucionar los problemas de aguas residuales en los municipios de Eivissa y de Santa Eulària puede ser que necesitemos dinero procedente de la Unión Europa, me pregunto qué pasa con el Govern balear y el Gobierno central. A ver si entre todos la casa quedará sin barrer. Y déjenme que insista: la isla de Eivissa necesita como el aire que respira que se construyan de una vez por todas nuevas plantas depuradoras de aguas residuales, y también plantas potabilizadoras de agua de mar, y más teniendo en cuenta que las reservas de los acuíferos no están ni al 50 por ciento.

Y otro plato fuerte es el problemón que se tienen ahora mismo el Ayuntamiento de Eivissa y la Autoridad Portuaria Balear en relación a los muelles de la Marina y al Plan de Usos del puerto. Es otro tema endémico, y recuerdo el enfrentamiento habido cerca del Bar Marisol en tiempos del alcalde Enrique Fajarnés Ramón. Ha llovido muchísimo desde entonces, y todo indica quien la situación está mucho peor. Así que siéntese alrededor de una mesa, dialoguen y encuentren soluciones. Y, de paso, repongan los arboles ‘brutalmente asesinados` en la plaza Antoni Riquer. ¡Gracias!