Ya estamos con la misma y con los tópicos de siempre. Que si los andaluces duermen siesta y están todo el día en la calle. Que si los catalanes hacen mejor que nadie el cava pero son muy tacaños . Que si la mejor mariscada es la que se come en Galicia y que siempre llueve. Que si los madrileños son unos chulapones «echaos palante» y unos orgullosos. Que si los vascos se comen los chuletones más grandes y jugosos del mundo entero pero que luego meten las vigas de través por la puerta de su casa, y un sinfín de fruslerías que no nos conducen a ninguna parte, pero que sirven para alimentar el cabreo popular y la rabia entre los pueblos vecinos.

¡En fin! Que no tenemos ya bastante con habernos tragado los ocho apellidos vascos para saber cómo es el prototipo medio de vasco, sino que ahora nos vamos a tragar los ocho andaluces, luego los ocho catalanes y ya ni quiero contar los de los ocho apellidos madrileños. Que por cierto; que no entiendo muy bien por qué son ocho los apellidos y no dieciséis. Que esto ocurra en Ibiza y en Formentera, que todos tenemos los mismos apellidos (aquí sí que solo hay ocho y todos repetidos), tiene un pase, pero que la historia de un país se mire, se resuma y se interprete por el color, el sabor y el aroma de sus apellidos tiene su guasa.

Esto viene a cuento porque se monta la gorda, cuando alguien se empeña en utilizar esto de los tópicos aplicándoselo, a los apellidos para montar espectáculo. Habrá quien diga por ejemplo: Un alcántara tiene menos probabilidades de que posea una bodega de cava, que uno que se llame Valls, o un Jiménez tiene más probabilidades de que le acusen de dormir la siesta en exceso que otro que se llame Zubizarreta. Que uno con apellido Barrantes sea observado de forma sospechosa por no agradarle el marisco, a pesar de ser gallego. O que un madrileño - cuyo apellido es de todas partes, menos madrileño- no esté dispuesto a llevar el traje de chulapo porque «no le da la gana». ¡Pues faltaría, vamos hombre! ¡ Pues «pa chulo yo»!

Esto de los apellidos trae su miga en unos momentos en donde esto de la globalización nos reparte por el mundo a diestro y siniestro y hace que nuestros apellidos y nuestros genes se mezclen con otros impronunciables en muchos casos. Pero así somos los humanos y gracias a esto evitamos que nuestro cuerpo no tenga azúcar extra en nuestra sangre, ni otro tipo de enfermedades degenerativas debidas a la falta de mestizaje. A más de uno le vendría bien haber sido agitado en la coctelera para que se le fuera la tontería.

Es por esto que cuando algunas personas tienen por costumbre la utilización de tópicos, acaban por montarla. Y es ni más ni menos lo que le ha ocurrido al Presidente de la Junta de Extremadura José Antonio Monago cuyo apellido por cierto, nadie conoce con exactitud su procedencia, cuando refleja en su video lo bien que se vive en su tierra y lo mal que se está en Andalucía, por el mero hecho de vivir en un lugar equivocado con gente equivocada, y en donde los tópicos suenan con más fuerza que el acento de chascarrillo propio del lugar, que pone en boca de sus personajes de comic, supuestamente divertidos solamente para él. Haciendo amigos, ¡Vamos! Lamentable.