Votaría al partido que garantizase a los trabajadores una vivienda digna en Ibiza sin que tengan que empeñar un riñón. Pero eso es imposible; al menos en un sistema donde se impone la ley de la oferta y la demanda, que a mí me resulta algo abstracto,pero que se ve que no lo es porque así lo dictaminan ‘los mercados’ (otro concepto inabarcable, por cierto). Cuando miles de personas, como ocurrió el otro día en Madrid, salen a la calle para reclamar un techo es que muchas cosas están fallando en ese sistema. Cuando un grupo de ciudadanos, guiados por la necesidad y el hartazgo, se organizan en esta isla para intentar que alguien les escuche es porque la situación ha alcanzado unos límites insoportables. Y eso se venía venir. Los precios de los alquileres en esta tierra han ido in crescendo, y todos lo sabíamos. También esos políticos que ahora se presentan a las elecciones y que durante años tampoco han hecho gran cosa al respecto.

De todas maneras, entre esa espesa niebla, se abre paso algo de luz. Ayer, ese colectivo de ciudadanos que luchan por hacerse oír, anunciaron que han recibido el compromiso de una unidad de Guardia Civil contra el fraude para que controlen los casos más flagrantes de abusos. En teoría, se vigilarán los realquileres y los falsos agentes inmobiliarios. Habrá que ver de qué forma, con cuántos efectivos y hasta dónde pueden llegar, teniendo en cuenta que el cuerpo no tiene según qué competencias. Aún así, parece un paso nada desdeñable.

Mientras tanto, espero las propuestas programáticas de las formaciones que concurren a los comicios del 24 de mayo. A ver cual de ellas se atreve a poner en entredicho esas ‘inamovibles’ (aunque a veces invisibles) leyes del mercado.