La flota de Salvamento Marítimo está compuesta por 4 buques polivalentes de salvamento y lucha contra la contaminación marina, 10 buques remolcadores de salvamento, 4 embarcaciones llamadas guardamar y 55 embarcaciones de intervención rápida denominadas salvamares. Los buques polivalentes, que son los que están preparados para grandes accidentes, como por ejemplo vertidos de combustible, están repartidos teniendo uno en el norte de España, uno en Canarias, otro en el estrecho y el último se encarga de cubrir todo el Mediterráneo.

¿Por qué es importante esto? Por los tiempos de respuesta y los medios que hay disponibles ante posibles accidentes marítimos. En el caso del accidente con el Sorrento no pudimos disponer del buque que corresponde al Mediterráneo, el Clara Campoamor, hasta pasadas 36 horas del inicio del accidente, ya que el buque estaba en Algeciras, a más de 300 millas de la zona del siniestro. Para más inri, nos encontramos con la problemática de que en Baleares no hay una base con los materiales necesarios para actuar en caso de fugas de combustibles o de cualquier otro tipo de agentes contaminantes.

Con el Sorrento tuvimos la gran suerte de que el clima fue benevolente y de que el incendio no fuera a más y no provocara fugas en los tanques de combustible. Aún con eso, entre el tiempo que tardó en llegar el Clara Campoamor y el hecho de que las autoridades tardaron casi una semana en saber hacia dónde lo remolcaban, podríamos habernos encontrado con un panorama mucho más grave que el de una mera anécdota de un par de días en los informativos.

En el Mediterráneo navegan a diario cientos de Buques con materiales peligrosos, ya sean los diseñados para este fin, o cualquier buque por la carga de combustible que lleva en sus tanques. Contando con las experiencias de accidentes marítimos de todo tipo en España, siendo uno de los más recientes el buque pesquero ruso en aguas canarias, parece que las autoridades no han aprendido la lección de que un barco en puerto es un barco seguro y que cuando se saca o se encuentra en alta mar es un buque al amparo del capricho de la climatología.

Teniendo en cuenta la peculiaridad geográfica de España, desde UPyD creemos que es absolutamente necesario que en nuestras islas, o en una parte lo suficientemente cercana de la península, haya una base con los materiales necesarios para actuar ante posibles vertidos y un buque fijo con estas características para que pudiera dar respuesta en menos de 24 horas, igual que el que tienen en el archipiélago Canario. De este modo tendríamos dos buques de este tipo en el Mediterráneo y podríamos garantizar una respuesta rápida ante cualquier accidente. La misma legislación de la Marina Mercante ya prohíbe toda descarga de combustibles y sustancias peligrosas, pero parece que las autoridades, para otras cosas, obvian el hecho de que estamos en un mar cerrado y que los vertidos son mucho más peligrosos aquí, debido a que tardan mucho más en diluirse.

No podemos permitirnos una catástrofe, ya no solo por las repercusiones medioambientales, que serían fatales, sino también por las repercusiones económicas y el daño a la imagen de las islas y al turismo.