Por muchos permisos que tuviese el evento, es evidente que la fiesta de Heineken en s’Estanyol constituye una privatización ‘de hecho’ de dicha cala. Para empezar, porque el espacio es muy reducido; difícilmente va a encontrarse a gusto ahí cualquier otro usuario que no sea un invitado a la fiesta; en segundo lugar, porque la empresa que realiza la fiesta se adueña del camino de acceso y organiza las entradas y las salidas.

Está bastante claro: ocupación total del espacio y pleno control del acceso; si esto no es apropiarse de un sitio... A mi no me parece mal que una marca de cerveza, o cualquier otra empresa privada, celebre un evento en un espacio público; si se considera de interés general, debería ser incluso gratuito, y, si no, debería pagar una tasa. Me parece correcta la consideración de que tales eventos pueden servir para promocionar la isla: son publicidad, en muchos casos positiva, para Eivissa. Sin embargo, y, repito, por muchos permisos y razones que se den, me parece contrario al sentido común que se autorice este tipo de actos en un sitio como s’Estanyol; los de Heineken no son tontos: se van a buscar una playa recóndita, con un cierto encanto, en una zona natural relativamente bien conservada y muy cerca de Eivissa ciudad. Y si cuela y les dejan, pues bueno... En Eivissa hay posibilidades mucho más razonables, para celebrar un acto como el del sábado: Platja d’en Bossa, s’Arenal de Sant Antoni, Talamanca... Si un día sucede algo, un incendio, algún tipo de accidente, en un acto como estos, veríamos como escurren el bulto todos los que han repartido los permisos.