A partir de hoy el mapa político de Eivissa adquiere un tono más rojizo, anaranjado cuando menos. De los cinco alcaldes de la isla, tres son socialistas, o como mínimo militantes del PSOE. En Vila, la vara de mando recae en Rafa Ruiz. Pocos apostaban por él cuando dio un paso al frente y decidió desafiar a los ‘barones’ de su propio partido. De pre-aspirante a alcaldable y de alcaldable a alcalde, un metorito. Gracias al pacto con Guanyem el PSOE recupera la capital tras cuatro años ‘populares’ y convulsos, con tres alcaldesas diferentes y muchas dimisiones. En Sant Josep, Agustinet, histórico del PSOE ibicenco, primer edil en la legislatura 2007-2011 y al inicio de la siguiente, hasta que una moción de censura (PP+Nova Alternativa) le desalojó. Gobernará en solitario, con el apoyo externo de Guanyem. La principal novedad es Sant Antoni, donde por primera vez no gobernará el PP. El acuerdo tripartito entre PSOE, Reinicia y el PI ha dado la alcaldía a Pep Tur ‘Cires’ dejando a otro histórico de la política insular, el senador Pepe Sala, en la oposición. El PP, que monopolizaba el escenario político (incluido el Consell) se queda con tan sólo dos plazas: Santa Eulària y Sant Joan. Mientras a los socialistas esos tres ayuntamientos -y presumiblemente el propio Consell) les van a dar oxígeno, los ‘populares’ han iniciado la travesía del desierto. Lo hacen con una base electoral que todavía es sólida pero sin un ‘guía’ claro a la vista. Tras la dimisión de Vicent Serra como presidente de la formación habrá que ver quién coge las riendas; y no se trata ya de capacidad, que seguramente la hay, sino de ganas de asumir un liderazgo que va a resultar incómodo.