¿Has intentado en alguna ocasión incorporar a tu vida algún nuevo hábito? Éste pudo ser hacer deporte con asiduidad, beber más agua, o comer de modo más saludable. Quizás leer más libros o levantarte a una hora determinada para aprovechar la mañana. Cuando queremos introducir nuevos hábitos suele ser para cambiar otros existentes, de los que tenemos certeza que no nos van bien: levantarte con la hora pegada y con mal humor, unos kilos de más que te restan salud o la sensación de estar quedándose estancado personal o profesionalmente.

Estoy casi segura que si usted ha intentado cambiar esas conductas no se lo ha encontrado fácil de primeras, es muy posible que haya desistido o incluso que haya pensado que la cosa no tenía remedio.

Los hábitos son más potentes de lo que a priori podríamos imaginarnos.

Cada vez que queremos incorporar una conducta nueva a nuestra vida o cambiar una existente nos encontramos de frente con nuestros hábitos y la tarea es más monumental de lo que parece. Como ya escribía Williams James en 1892 «toda nuestra vida en cuanto a su forma definida no es más que un conjunto de hábitos».

Entendiendo los hábitos

Wendy Wood y otros colegas de la Universidad de Duke, Carolina del Norte, han estimado en sus investigaciones que más del 40% de las acciones que realizan las personas cada día no son decisiones de ese momento sino hábitos. Podemos hacernos un poco a la idea de su importancia e impacto en nuestra vida personal y profesional.

En los últimos años, la neurociencia y la psicología se han interesado mucho por los hábitos, por cómo se adquieren y cómo pueden cambiarse. En el ámbito del coaching los hábitos son la herramienta para crear nuevas conductas deseadas que nos lleven al logro de nuestras metas. Los hábitos deseados nos llevan a transformar nuestros deseos en realidad.

Francisco Yuste en su libro Herramientas de Coaching Personal explica que los hábitos son modos frecuentes o repetidos de obrar, de hacer o pensar, es decir, un comportamiento de la misma clase múltiples veces repetido que produce una tendencia real a comportarse de forma similar bajo circunstancias parecidas en el futuro. El hábito se adquiere por ejercicio y se forja a través de una serie de acciones.

Desde la perspectiva de la Programación Neurolingüística podríamos decir que los hábitos son «caminos neuronales», que a base de su repetición han creado un sendero en la mente por donde es más fácil transitar que abriendo uno nuevo. Y estos «caminos neuronales» pueden referirse a aspectos distintos, tanto de cómo percibimos la realidad, cómo respondemos emocionalmente a las situaciones, a nuestra voluntad para afrontar retos o a habilidades de cualquier tipo.

Ingredientes para crear un hábito en 21 días

La fortaleza de los hábitos también puede soplar a tu favor, tú puedes crear tus hábitos, esos que te empoderan o te acercan a donde quieres estar. Para hablar de ellos podemos usar la metáfora que dice que el hábito es el sendero que recorres para pasar de la situación actual a la deseada. Por ello los ingredientes indispensables para crear y transitar ese sendero que te lleva donde quieres son:

–I+E: ilusión más entusiasmo. Ponerse en el camino que lleva al lugar donde se desea estar es fuente de energía vital. Y eso es lo que significa la decisión que tomes de incorporar un hábito que te acerca a la meta que te propones. Es posible que el camino sea relativamente largo ( 21 días en el caso de los hábitos) y que conlleve esfuerzo, ahora bien sabes que por ese camino llegas.

–Entroncados a un «para qué» o proyecto vital: que la nueva conducta deseada forme parte de un proyecto más grande que el hábito en sí mismo. Tu «para qué». Los «para qué» poderosos están apuntalados sobre tus valores y tienen un claro componente de trascendencia. Un «para qué» nunca es un «por qué», si después de preguntarte ¿a dónde me acerca incorporar este hábito en mi vida? ¿para qué? Y te ves respondiendo «porque…» comienza de nuevo a hacerte la pregunta porque entre ambos hay una diferencia sutil y trascendente.

–Uniformidad y repetición: debe parecerse, acción debe ser la misma y repetirse. Te pones la ropa de deporte y te lanzas a correr, el despertador suena a las 6 saliendo tú de la cama o antes de dormir lees 20 minutos. Sea cual sea, es relevante la uniformidad en la acción y su repetición. El número mágico de repeticiones que apuntaban los expertos es 21 días, aunque algunas científicas como Phillipa Llay han demostrado que se necesitan al menos 66 días. Está bastante bien comenzar por veintiún, eso sí días consecutivos, si un día falla volvemos a comenzar a contar.

Tarea de coaching

Toma conciencia de tus hábitos, de cualquier naturaleza, positivos o limitantes. Hacerlo es una actividad de autoconocimiento con un enorme potencial para crear el futuro que deseas. ¿Por qué? Lo mejor es que lo pruebes por ti misma o por ti mismo. Aquí va la tarea que te propongo: dedica un tiempo para responder a estas preguntas ¿Qué hábitos estoy viviendo en mi vida?, ¿qué hacen estos hábitos? ¿cómo lo hacen? ¿cómo creo que nacieron?. Una vez tengas una lista importante, pregúntate de nuevo ¿cuáles de éstos me están ayudando?, ¿cuáles me están frenando?. Otra sugerencia para hacer esta tarea es que elijas uno de los rincones que nos regala la naturaleza en Ibiza, uno de esos que te inspira y desde allí pregúntate. Cuando lo tengas, si quieres, me cuentas.