Ya durante la campaña electoral empezamos a oír hablar sobre la ecotasa por parte de los partidos progresistas. Y aunque tenemos la esperanza de que incumplan este compromiso como están haciendo con otros (austeridad, transparencia, menos cargos, rebaja de salarios...), parece que este sí que quieren llevarlo a cabo. Estamos gafados.

La mala experiencia de la ecotasa del primer gobierno Anti-PP del señor Antich nos dejó una buena recaudación (90 millones) pero malos resultados de inversión: sólo 30 millones. El resto se dedicó a pagar facturas de proveedores y nóminas, ya que el Govern Balear estaba en una situación verdaderamente desastrosa y había que sacar liquidez de donde no había.

No sólo la inversión fue muy cuestionable, sino también la aplicación de esta ecotasa, que convertía al sector hotelero en recaudadores de impuestos del Govern Antich. ¿Qué pasa con los pisos que se alquilan de forma ilegal como arrendamientos turísticos encubiertos por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) y con las viviendas vacacionales que no están registradas?

Este tipo de tasas sólo fomentan la economía sumergida, premian a los ilegales en detrimento de los legales, de los que pagan sus impuestos religiosamente, los que cumplen con el día a día, fomentan el empleo y crean puestos de trabajo.

Si el intrusismo es la gran lacra de estos últimos años, este tipo de tasas es el premio a los que lo hacen mal, a los que no contribuyen, a los insolidarios que buscan su beneficio a toda costa, que usan los servicios públicos pero no colaboran en su coste porque no pagan impuestos.

Sinceramente, es muy preocupante el cómo, el cuánto y el porqué de este tipo de gravámenes. Tasas que restan competitividad a nuestras Islas con respecto a nuestros competidores directos: Islas Griegas, Islas Canarias o costa sur peninsular. Porque, aunque el conseller Barceló lo repita para ver si cuela, lo cierto es que nuestros competidores directos, los que compiten por los mismos mercados turísticos que nosotros, no tienen ecotasas.

Lo dicho. Conocemos los precedentes y sabemos que la ecotasa nos puede ocasionar más problemas de los que nos solucione. Me permito recomendar a los nuevos gobernantes que se dejen de ecotasas, y que dirijan sus esfuerzos a lograr una financiación justa para nuestras islas, que no despilfarren, y así se podrán realizar las inversiones que necesitamos sin poner más trabas a nuestra actividad económica.

En definitiva, en este cambio a peor que estamos viviendo, ojalá la ecotasa sea un incumplimiento más de su programa electoral tal y como está siendo el tema sueldos, proximidad o transparencia.