Señores, quiero volver a ser un niño. Así de claro. Sin rodeos. Sin tapujos. Lo tengo claro, me gustaría volver a la infancia. Por varios motivos. El primero porque fui de esos pequeñajos pelirrojos y revoltosos que crecieron felices, gracias en gran medida a unos padres que se desvivieron por mí, sin mimarme, pero dando lo máximo para convertirme en lo que soy ahora. Ni bueno ni malo, simplemente lo que soy.

La segunda porque según voy cumpliendo años me cansan y me dan pereza más cosas. No soporto los «tú más» de la política, las batallas cainitas entre los ciudadanos de un mismo país, los sueldos millonarios de los deportistas que luego se lían a golpes con los que les han aupado a los altares, los medios de comunicación que destinan páginas y páginas y horas y horas a estos mismos deportistas como si fueran los inventores de la vacuna del SIDA, los famosos de postureo que vienen a lucir tipito a Eivissa y Formentera, el ver cómo se destinan más millones de euros a buscar agua en Marte que a encontrarla en África, el comprobar que se nos acaban los referentes porque les negamos los papeles de entrada al primer mundo, ver grandes yates en nuestras playas mientras media isla se quema o comprobar las tremendas listas de espera para que te operen dentro de un plazo prudencial... En fin, pereza. Pereza hasta de quejarme constantemente sin tener el valor de no hacer nada por cambiar esta situación.

Así que basta de lamentos. La tercera y más importante razón por la que quiero ser un niño es... por las increíbles escoles d’estiu que organizan los ayuntamientos de la isla y las entidades privadas. En PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA tenemos el privilegio de poder descubrirlas para la sección 360º Ibiza y Formentera y así me he dado cuenta de que quiero volver a ser un niño para hacer deporte, ir de acampada, montar a caballo, visitar a los bomberos, jugar con los animales de la granja o aprender a cocinar en un restaurante. Sí. De verdad. ¡Quiero volver a ser un niño!