Tenía 48 años y dos hijos. Como en la mayoría de los casos, ella nunca presentó denuncia alguna. Familiares, amigos y vecinos nunca sospecharon lo que se venía. El jueves, en un pequeño pueblo de Jaén, su marido la cosió a cuchilladas y después se descerrejó un tiro. Con ella ya son 25 las mujeres muertas a manos de su pareja en lo que llevamos de año. La cifra se puede disparar a 33 porque hay otros ochos casos en investigación. Las estadísticas indican que en verano la incidencia de casos suele aumentar pero este estío está siendo especialmente dramático. En los últimos dos meses han sido asesinadas 17 mujeres. Y el drama se aumenta con la muerte de ocho niños, hijos de los propios asesinos. Es el caso de dos hermanos encontrados muertos junto a su abuela y su padre en La Vila Joiosa, Alicante, tras una explosión en la casa. Todo apuntaba a un accidente doméstico hasta que las autopsias confirmaron que el niño, la niña y su abuela presentaban numerosas heridas de arma blanca. Carlos de 7 años, Cristina, de 14, y su abuela, de 66 no figuran en las estadísticas de casos de violencia de género como tampoco está Marina, la amiga de Laura asesinadas a manos de Sergio Morate. Esta lacra nos deja el estío más sangriento que se recuerda y pone sobre la mesa la necesidadde tomar medidas urgentes. La Ley hay que dotarla de presupuestos para una eficiente protección de la víctima. Mención aparte el deningrante trato dado a los juzgados de Violencia sobre la Mujer de Eivissa. Hacía falta más implicación. Las máximas autoridades judiciales deben estar a la altura de esos agentes de la Policía Nacional que con su rápida intervención evitaron que una mujer fuera defenestrada en Vila por su pareja. Que hastío de estío.