Ricardo Urgell ha sido valiente. Seguramente ni él mismo calibró el alcance de las declaraciones que este diario publicó hace una semana. Cuando él quiso ampliar Pacha, le pidieron dos millones de euros en comisiones. No pagó, por supuesto. Ahora tiene la oportunidad de contarlo todo a los fiscales. Es posible que falten pruebas, pero al menos la Fiscalía tendrá algo para empezar a trabajar, indagar, investigar a los que pretendían cobrar una ‘mordida’ a costa del propietario de Pacha. Dice el alcalde de Vila que Urgell se ha equivocado porque no tiene pruebas. No es así. Urgell ha hecho lo que muchos otros empresarios tendrían que haber hecho para lograr un mundo mejor. Será una utopía, pero con las millonarias comisiones que se habrán cobrado en tantos años, hoy se podrían crear más puestos de trabajo, generar más riqueza o, incluso, mejorar las infraestructuras. Sí, esas infraestructuras en Eivissa que dan pena cuando apenas caen 30 o 40 litros por metro cuadrado. Hay que denunciar para mejorar. Y hay que informar para que se sepa la verdad, incluso sin pruebas. Porque un medio de comunicación tiene la obligación de difundir la verdad aunque incomode en algunos despachos. No hay que tener nunca miedo de contar la verdad para intentar que esta sociedad sea mejor y evitar episodios como el vivido por Ricardo Urgell cuando quiso ampliar Pacha. Quizás si todos los empresarios que han sido extorsionados a cambio de favores se hubieran negado en su momento, hoy la política no estaría tan podrida, tan desprestigiada, y los ciudadanos confiarían en los políticos, no como ocurre ahora. Quizás si Urgell hubiese callado, como quiere Ruiz, no sabríamos en qué mundo vivimos. Ojalá hubiera más denuncias como la de Urgell. Y ojalá lleguen hasta el final.