La mejora de la economía en nuestro país tiene como principales palancas el aumento del consumo interno y la mejora de la inversión.

El crecimiento es la base para la creación de trabajo y para acabar con la crisis. La mejora de la economía se ha visto ayudada por la bajada del precio del petróleo y del euro.

Una lección de la crisis es que las economías con más presencia exterior aguantan mejor. España vuelve a tener un déficit comercial con el resto del mundo (compra más de lo que vende), hecho que provoca un aumento de la deuda que tiene con el exterior.

No es el caso de la economía ibicenca donde cada vez más empresas transcienden fronteras y se embarcan en la aventura de venta al exterior. En estos momentos la ibicenca es una de las economías más dinámicas de nuestro país.

Podemos decir a nivel general que la recuperación económica se debe más al consumo interno que al externo.

Por eso es tan importante ahora intentar mantener el nivel de salarios y a medida que las empresas se vayan recuperando de la crisis apliquen una parte de esa mejora a los salarios, porque éstos son la base del consumo y éste, la base de la recuperación económica, según todos los indicadores.

Si los sueldos bajan es imposible que se mantengan las tasas de consumo actuales.

De ahí que en estos momentos debamos plantearnos dos grandes dudas en relación al crecimiento económico. La primera es su sostenibilidad en el tiempo y la segunda la cuestión redistributiva. Estas dos cuestiones sólo se solucionan aplicando parte del incremento de la riqueza a los salarios, y así consolidar la tendencia alcista del consumo.

Pensemos que en estos momentos falta por ver si la mejora del consumo es real o simplemente es un rebote provocado, como decimos los economistas, por el síndrome de abstinencia después de años de crisis. Esto ha pasado en otras crisis en Europa y en Estados Unidos, que después de años de contención la gente se lanza a comprar coches, pisos y otros bienes, pero lo importante es consolidar este rebote.

Por lo tanto, se debe seguir cuidando la demanda y no confiarnos por las tasas de crecimiento de la economía, puesto que nuestro país en años precrisis crecía a más del 3% y eso no evitó la crisis.

Lo importante es cuidar la demanda interna y externa, es decir, que la gente pueda consumir bienes y servicios. Por lo tanto, poner en valor el ámbito laboral en las organizaciones públicas y privadas y trabajar por mejorarlo es, a día de hoy, la manera de consolidar.