Ellos son los que ponen rostros a la noticia. Nos muestran la escena. Los que permiten al lector o espectador adentrarse en el hecho informativo. Los reporteros gráficos son periodistas que nos dan un plus a los plumillas. Gracias a ellos uno aprende y crece en esto del periodismo. En la Agencia EFE aprendí junto a Juan Carlos Cárdenas, Alberto Estévez y Manu Bruque. Ellos me insistían en ver más allá, sacarle partido a los detalles y estar siempre en guardia. La imagen de Froilán captada por Cárdenas durante la proclamación de Felipe VI tiene un poco de todo eso. Estaba dos balcones más allá de donde se producía la noticia pero lo había localizado y tras 20 minutos de espera: fotón. O esa cara desencajada del Tata Martino en el momento en que Bartra y Bale se medían en una carrera maldita en la final de la Copa del Rey, firmada por Estévez. En EFE también me adentré en el mundo de la televisión junto a mi ‘hermano’ Charli Higueruela. Ya en Canal 9, Ricardo Macián y Josep Maria Galbany me enseñaron que se puede hacer cine para un informativo sin perder ni un ápice de la noticia. Ellos, como Miguel Ángel o Fran Martínez, hacían/hacen PERIODISMO con mayúsculas. Al igual que la familia de retransmisiones con Julián, Emilio, Bronchal, Luis y Sebas. Ya en esta casa sigo aprendiendo junto a Arguiñe, Dani y Toni. Junto a ellos, día a día, reafirmó la importancia de los detalles y aprendo cada día algo de fotografía. Uno tiene la fortuna de ver plasmadas las imágenes que captan con su visión. Todos ellos y muchos otros con los que he trabajado son reporteros gráficos con mayúsculas. A través de sus ojos y de otros reporteros se destapan actitudes deleznables como la de la periodista Petra Laszlo, la bestia parda cazada zancadilleando a refugiados sirios.